Bimbo achica agua en España: cinco inyecciones de capital en un año

El grupo mexicano tiene que rescatar con casi 25 millones de euros a su filial española por los problemas para ser rentable. El grupo intenta ganar tamaño para girar la situación

En la imagen, pan de molde de Bimbo. Foto de Archivo

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El negocio en España se ha convertido en un pozo para Bimbo. El grupo alimentario mexicano sufre desde hace años problemas para rentabilizar la adquisición de Panrico y las inyecciones de capital se convirtieron en un recurso habitual para enjugar las pérdidas acumuladas en el país. En lo que llevamos de 2021, el conglomerado ha tenido que ejecutar hasta cinco ampliaciones de capital por valor de 25 millones de euros.

Bimbo hace meses que presume en sus cuentas de las sinergias que comienzan a llegar con la compra del negocio de bollería de Panrico después de ejercicios de lamentar los retrasos producidos en la integración. La mejora quedó oscurecida por el “débil desempeño” del mercado español por culpa del coronavirus, lamentó la propia empresa en sus cuentas.

La organización dirigida en España por José Luis Saiz tuvo que volver a compensar los números rojos. Lo hizo con cinco ampliaciones de capital en lo que llevamos de año, dos de ellas en el mes de octubre.

La primera inyección fue el 25 de febrero con una aportación de 4,2 millones de euros. Dos meses después, el rey del pan de molde volvió a incrementar el capital en 1,8 millones de euros. El 21 de junio la firma fue más allá e inyectó hasta 14,6 millones de euros.

Las aportaciones han tomado velocidad de crucero con la llegada de octubre. A la espera de ver como actúa Bimbo en el último trimestre del año, la compañía comercializadora de marcas como Donuts, Donettes y Bollycao realizó dos ampliaciones de capital: sumó 1,1 millones el 4 de octubre y otros 2,1 millones un día después.

Bimbo ha tenido que ejecutar más de 35 ampliaciones de capital desde 2014

Bimbo arrastra problemas en España desde que en 2016 completó la adquisición de Panrico. Entonces la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le obligó a deshacerse del pan de molde de la firma integrada así como de una serie de activos que segaron las rentabilidades esperadas. Un lustro después, todavía no logró dar la vuelta a la tortilla.

Desde entonces, Bimbo ha tenido ha tenido que hacer frente a abultadas pérdidas en la Península Ibérica. De hecho, se ha visto a ejecutar más de 35 ampliaciones de capital desde 2014, cuatro de ellas ya a lo largo de 2020. En la pasada campaña, la empresa tuvo que inyectar 33,3 millones de euros.

La luz se comenzó a ver este 2020, justo antes del estallido de la pandemia –cabe recordar que las ampliaciones de capital responden a las pérdidas acumuladas en el ejercicio anterior. En la presentación de sus resultados, la organización celebró la mejora de sus resultados «gracias a las sinergias obtenidas de la adquisición de Donuts Iberia«.

Bimbo: cuando el tamaño sí importa

En el camino hacia la rentabilidad, Bimbo se ha dado cuenta que, en España, el tamaño sí importa. Adquirió por ello dos fábricas de Grupo Siro a lo largo del último año y medio con las que pasó a producir el pan de molde del gigante Mercadona. Las ventas en Europa escalaron el 13,2% en el segundo trimestre de 2021 gracias a ambas operaciones, que le valieron sumar los centros de Paterna (Valencia) y Medina del Campo (Valladolid).

Queda por ver ahora como gestionará la de de plantas que ya ostentaba. Muchas funcionan a medio gas y son las grandes causantes de las dificultades financieras del grupo mexicano. Este mismo otoño anunció la venta de la instalación de Granollers (Barcelona) que tenía cerrada desde hacía más de un año después de trasladar la producción a Santa Perpetua de Moguda (Barcelona), a apenas 17 kilómetros de distancia.

Pero la fábrica barcelonesa no fue la única que la multinacional abandonó a lo largo del último año en la Península Ibérica. Como avanzó Economía Digital, la compañía cerró a finales de 2020 su planta de Tenerife. La operación en el archipiélago tiene similitudes con el movimiento en Cataluña: la clausura se produjo para concentrar la actividad en una sola instalación, la que tiene en Agüimes (Las Palmas de Gran Canaria)

Carles Huguet

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