Damm reparte un dividendo récord a pesar del ERTE por la Covid-19

La cervecera española admite que durante tres meses perdió el 100% de las ventas en bares y el 95% de los ingresos de sus restaurantes

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Aunque perdió más de la mitad de las ventas durante el estado de alarma, los accionistas de Damm no renuncian a su dividendo. La cervecera española tuvo que recurrir a un expediente de regulación de empleo (ERTE) para buena parte de la plantilla durante los meses en los que los bares permanecieron cerrados, pero con la llegada del verano la compañía controlada la familia Carceller ha decidido repartir más de 62 millones de euros entre sus propietarios; una cifra récord en los últimos años.

El consejo de administración de la firma aprobó el pasado 27 de julio modificar la remuneración a sus accionistas por el impacto de la pandemia en sus cuentas. Según la documentación hecha pública, el pago que se propondrá a la junta de accionistas del próximo 29 de septiembre se retocará desde los 64,4 millones de euros hasta los 62,9 millones. El porcentaje destinado a reservas voluntarias se elevará desde los 25,2 millones hasta los 26,7 millones; un cambio nimio para el impacto que sufrió el conglomerado con la pandemia.

De este modo, los 62,9 millones suponen una cifra récord, tal y como confiesa la propia organización. El pago a lo largo de 2015 –con base a las cuentas del año anterior– fue de 37,3 millones. La cantidad ascendió de forma paulatina: 41,1 millones en 2016, 52,6 millones en 2017, 60,7 millones en 2018 y 60,9 millones en 2019. Ahora, los casi 63 millones pueden suponer una suerte de último vals, pues es un interrogante cuando se recuperarán los beneficios de 120 millones registrados en el último ejercicio.

Damm presentó un ERTE para los 443 empleados de su fábrica catalana, pero reparte un dividendo récord de 62,9 millones

La decisión del pago a sus accionistas se ratificó después de que el grupo tuviera que aplicar un ERTE “por causa de fuerza mayor” para los 443 empleados que trabajan en su planta de El Prat de Llobregat (Barcelona), su mayor centro de producción. La firma se comprometió a complementar hasta el 80% del salario normal y respetó las pagas extra y las vacaciones, explicaron en su momento los sindicatos a Economía Digital.

Sin embargo, al justificar el despido temporal por la pandemia, Damm logró que el Estado bonificase buena parte de los gastos del ajuste, tal y como hicieron otros centenares de empresas desde marzo hasta la actualidad. La razón: las ventas de cerveza se desplomaron con el cierre de bares y restaurantes decretado por el estado de alarma. Ahora bien, nada de renunciar al dividendo.

De hecho, la propia organización pone cifras a la clausura del sector: durante tres meses las filiales dedicadas a la distribución de bebidas y alimentos secos a bares perdieron casi el 100% de la facturación. No solo eso, el golpe también se notó a través de los distintos distribuidores con los que la cervecera trabaja «y que suponen un 50% de las ventas totales de cerveza y agua mineral».

Rodilla, Jamaica, Hamburguesa Nostra y Café de Indias perdieron el 95% de las ventas durante el confinamiento

Debido al desplome de la restauración, la firma tuvo que aplicar el ajuste en El Prat, que hubiera supuesto el cierre total de la instalación –se solventó con la reducción a un tercio de la capacidad– de no ser por el incremento de las ventas en supermercados que, a pesar de subir, no compensaron la rebaja del canal Horeca.

Se da la circunstancia que mientras Damm pisa el freno en su fábrica catalana incrementó la producción en la planta de Estrella Levante, en Valencia. La cerveza fabricada allí es prácticamente toda enlatada y mucha va destinada a la marca blanca, por lo que durante el confinamiento incrementó su demanda a través de supermercados.

Pero el grupo no solamente sufrió la ley seca decretada en bares y restaurantes. Desde hace años, la compañía tiene sus propias enseñas en el sector; es el caso de Rodilla, Jamaica, Hamburguesa Nostra y Café de Indias, que operan tanto directamente como a través de franquicias. Pues bien, desde la segunda mitad de marzo hasta el mes de mayo la caída de las ventas fue del 95%, admite.

«Damm ha hecho un esfuerzo muy notable para adaptarse a la situación”, celebró el director general de la sociedad, Jorge Villavecchia.

Los resultados de 2019 como argumento

A pesar de remunerar a sus accionistas mientras el Estado pagaba el despido temporal de buena parte de su plantilla, Damm puede argumentar que el pago obedece a las cuentas de 2019.

Es la misma justificación que utilizó El Corte Inglés, aunque en su caso premió a sus dueños con un dividendo que era el 50% del emitido el año anterior. En cambio, la cervecera obsequiará a su accionariado, liderado por la familia Carceller (48%), con una cifra incluso superior al repartido el año pasado, que ascendió a 60,9 millones.

En 2019, Damm elevó su facturación hasta los 1.385 millones de euros, un 10% más que en el año anterior, mientras que el beneficio bruto de explotación (ebitda) se disparó un 25%, hasta los 247 millones. Así, el grupo obtuvo un beneficio neto de 120 millones, un 7% más.

La empresa destacó que vendió más que en 2018 en todos los canales, tanto distribución –ventas en supermercados y tiendas– como Horeca –bares, restaurantes, cafeterías y hoteles–, y en todos los mercados en los que está presente. Damm vende sus cervezas u otras bebidas en 120 países y el mercado internacional ya supone un 25% de su facturación. 

Carles Huguet

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