El saqueo de Enel a Endesa de la era Prado: 26.000M y las filiales

Borja Prado sale de Endesa tras diez años en la presidencia ejecutando a rajatabla los planes de Enel para recuperar su inversión lo antes posible

El presidente de Endesa, Borja Prado, junto al consejero delegado José D. Bogas. EFE/FERNANDO VILLAR

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La salida de Borja Prado de la presidencia de Endesa fue anunciada este martes por la compañía dentro de un supuesto plan de limitar los mandatos del presidente. Algo que ninguna IBEX tiene y que no es más que una excusa para no decir lo que es un secreto a voces: Enel, accionista de control de Endesa, y Prado ya no tenían sintonía.

Algunas fuentes han explicado que el que ha sido presidente de Endesa durante una década no estaba cómodo con la estrategia de la compañía italiana, de maximizar el dividendo de su filial española, despojándola de las filiales y limitando su capacidad de inversión. Enel también le consideraba amortizado y no le han gustado las campañas de los sindicatos en su contra, así como los intentos de Prado de buscar otra IBEX en la que recalar.

Pero lo cierto es que en sus diez años al frente de la mayor eléctrica de España, su todavía presidente —dejará el cargo en la junta de accionistas de abril— fue el máximo responsable de ejecutar la estrategia de Enel en Endesa. La energética española se ha caracterizado por dar el mayor dividendo del sector en Europa, con un pay out —porcentaje de beneficios repartidos entre el accionariado— del 100%.

Enel ha ido endeudando Endesa para cobrar el 100% de sus beneficios en dividendos

Enel tiene el 70% de Endesa, con lo que repartir todos los beneficios año tras año ha ido generando una factura con la que, cuando finalice el actual plan estratégico, habrá cobrado el 80% de lo que pagó por Endesa, solo en dividendos. Se trata de unos 32.000 millones de euros. A cierre de 2018, ya ha recuperado 26.000 millones a base de repartir todo el beneficio posible.

Esta factura mil-millonaria no es la única herencia de Prado en Endesa. De hecho, la compañía se ha ido endeudando para pagar el superdividendo, disparando su pasivo en los últimos ejercicios. Según la última presentación de resultados, los correspondientes a los primeros nueve meses de 2018, la deuda financiera neta ascendía a 6.640 millones, el 33% más que a inicios de año. Es decir que en menos de un año se endeudó en 1.665 millones más.

Enel y el saqueo de las filiales de Endesa

La estrategia del gigante italiano ha dejado una Endesa más delgada no solo a nivel financiero, también de negocio. Enel despojó a la compañía española de algunas de sus filiales más rentables. Se quedó con el negocio en Latinoamérica, un claro foco de crecimiento, dejando a Endesa solo España, un mercado mucho más maduro. También segregó las renovables, integrándolas en Enel Green Power.

Tras esta decisión, además limitó la capacidad de inversión de Endesa. Si bien la empresa española pudo optar al concurso de renovables que se celebró el año pasado en España, ha abandonado posibles inversiones en el extranjero. Más allá de los Pirineos es territorio Enel. Borja Prado habría protestado ante tal decisión, pero acató.

Los sindicatos y el Gobierno, contra Enel

En realidad, las protestas contra este “saqueo” han ido más allá del consejo de administración. Los sindicatos, que se caracterizan por protestar ante despidos, bajadas de sueldo, etc., en Endesa se han movilizado para denunciar la estrategia de Enel. Algo absolutamente atípico que en Italia han visto teledirigido por la cúpula de la empresa española.

También desde la política han señalado a Enel. El que fue ministro de Energía en el gobierno de Mariano Rajoy, Álvaro Nadal, llegó a acusar públicamente al grupo italiano de no tener ningún interés en Endesa y de no invertir lo que debía en España. No logró, no obstante, un cambio de estrategia.

Xavier Alegret

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