Esta popular empresa deportiva pierde fuelle: gana un 44% menos al cierre de su ejercicio
Nike sufre los efectos colaterales de la caída en la demanda en el mundo de la moda y cierra el último ejercicio con cifras récord a nivel negativo
Archivo – FILED – 01 April 2020, Hamburg: The American athletic footwear Nike’s logo seen above the entrance to the department store in downtown Hamburg. Photo: Axel Heimken/dpa
Nike, una de las marcas deportivas más reconocidas a nivel mundial, ha cerrado su año fiscal con una notable caída en sus beneficios, situando sus ganancias netas en 3.219 millones de dólares, lo que supone un desplome del 44% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Este descenso ha encendido las alarmas dentro de la compañía, que ya ha adelantado una serie de medidas para tratar de frenar esta tendencia.
Nike es víctima de un descenso generalizado en los ingresos a nivel mundial
Los resultados reflejan una debilidad en la demanda global y un entorno especialmente desafiante para el sector de la moda y el equipamiento deportivo. La facturación total de Nike durante el año fiscal que finalizó en mayo alcanzó los 46.309 millones de dólares, una cifra que representa una reducción del 10% frente al ejercicio anterior.
Precisamente en Norteamérica, tradicionalmente el mercado más fuerte para Nike, registró una bajada del 9% en ingresos, hasta los 19.572 millones de dólares. La situación fue aún más complicada en otras regiones clave: Europa, Oriente Medio y África experimentaron un descenso del 10%, mientras que en China la caída fue del 13%, un dato especialmente sensible dado el peso estratégico de ese país en la estructura comercial y de producción de la empresa.
Sin embargo, estos malos resultados no se limitan al acumulado anual. En el último trimestre del año fiscal, Nike reportó unos beneficios netos de apenas 211 millones de dólares, lo que representa una caída del 86% frente al mismo trimestre del año anterior. En términos de ingresos trimestrales, la compañía recaudó 11.097 millones de dólares, un 12% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Elliott Hill, presidente y CEO de Nike, reconoció que los resultados, si bien se esperaban, no se encuentran en el nivel deseado por la compañía. Por su parte, el director financiero, Matthew Friend, subrayó la intención de la marca de afrontar con firmeza este contexto cambiante y complicado, enfocándose en aquellas áreas que puede controlar y ajustar.
Los motivos de la caída de Nike… y las medidas que llevará a cabo la marca
Uno de los factores que más han golpeado las cuentas de Nike es el aumento de los costes derivados de los nuevos aranceles comerciales, especialmente en Estados Unidos. La compañía estima que este impacto supondrá un incremento bruto de costes cercano a los 1.000 millones de dólares. Un obstáculo que, por otro lado, obliga a la marca a replantear su red de producción y suministro a nivel mundial, con el objetivo de reducir su exposición a estos sobrecostes.
Y es que actualmente, Actualmente, un 16% del calzado que Nike importa a EE. UU. se fabrica en China, pero la empresa ya ha confirmado que planea reducir este porcentaje hasta dejarlo en una cifra de un solo dígito antes de finalizar el año fiscal 2026. Esto se logrará mediante una reorganización de la red de proveedores, trasladando parte de la producción a otros países con menor carga arancelaria y condiciones más favorables.
Y a problemas, soluciones, y con el objetivo de corregir esta solución, Nike ya plantea varias acciones. En primer lugar, destaca la ya mencionada redistribución de la producción internacional, reduciendo la dependencia de China y diversificando la fabricación entre nuevos mercados. No menos importante será el aumento de precios progresivo en Estados Unidos, que comenzará a aplicarse a partir del otoño de 2025, como parte de una estrategia para contrarrestar el alza en los costes.
También destacara como medida correctiva la revisión de sus costes operativos, que a su vez podría traducirse en recortes a nivel corporativo, aunque aún no se han concretado los detalles. Además, la compañía está revisando su planificación estacional con el objetivo de alinear mejor la oferta con la demanda real, evitando excesos de inventario que afecten aún más su rentabilidad.
No obstante, y a pesar de todos estos inconvenientes, Nike mantiene una posición sólida dentro del sector deportivo y cuenta con una estructura global que le permite reaccionar con relativa agilidad. La clave estará en su capacidad para adaptarse rápidamente al nuevo entorno económico, marcado por la inflación, la desaceleración del consumo y la inestabilidad comercial internacional.