Esta reconocida tienda de ropa se declara en quiebra: «la culpa es de Shein»

Según datos citados por la compañía, en 2024 llegaron a EE.UU. cerca de 1.400 millones de pequeños paquetes por valor inferior a 800 euros

Una dependienta coloca la ropa en una tienda

La cadena de ropa estadounidense Forever 21, ha anunciado el cierre definitivo de todas sus tiendas en Estados Unidos tras declararse en quiebra por segunda vez en seis años. 

Esta vez, la firma responsabiliza abiertamente a los gigantes del comercio electrónico Shein y Temu, cuyas estrategias de precios bajos y logística ultrarrápida han precipitado el fin de una era en el retail de moda.

El comunicado de Forever 21 reconoce la imposibilidad de competir con el modelo digital ágil y eficiente de los nuevos colosos asiáticos, a los que acusa de “competencia desleal” por aprovechar ventajas arancelarias para importar productos a bajo coste en Estados Unidos. 

La compañía, que en 2019 ya había recurrido al capítulo 11 de la ley de quiebras, se ve obligada en 2025 a llevar a cabo una liquidación ordenada de su red de cerca de 200 puntos de venta físicos.

Aunque la empresa seguirá vendiendo online y buscará un comprador que intente rescatar parte de sus activos, el anuncio supone la retirada de una de las marcas más icónicas para adolescentes y jóvenes estadounidenses y deja abiertas muchas incógnitas sobre el futuro del “fast fashion” tradicional en la era digital.

Una quiebra que marca el fin de un ciclo

Fundada en 1984 por los inmigrantes surcoreanos Do Won Chang y Jin Sook Chang en Los Ángeles, Forever 21 creció de una pequeña tienda familiar –Fashion 21– a un gigante mundial de la moda joven. 

Atraída por su combinación de tendencias y precios accesibles, la marca llegó a facturar más de 4.400 millones de dólares y a tener más de 800 tiendas en 57 países en su máximo esplendor a mediados de la década pasada.

Forever 21 no sólo conquistó los centros comerciales estadounidenses, su influencia llegó a América Latina, Asia y Europa, convirtiéndose en referencia de una generación de ropa asequible, estética pop y renovaciones constantes de escaparate.

Factores detrás de la caída

La primera señal de crisis llegó en 2019, con la declaración de bancarrota y el cierre de 178 tiendas solo en Estados Unidos. La marca fue adquirida por el consorcio Authentic Brands Group y los operadores de centros comerciales Simon Property Group y Brookfield Property Partners, que intentaron apostar por el canal online y la reestructuración del negocio físico.

Sin embargo, diversos factores aceleraron el declive:

  • Competencia creciente: Especialmente de otros gigantes del fast fashion tradicional como Zara, H&M y Uniqlo, pero sobre todo, de los nuevos modelos de negocio online liderados por Shein y Temu.
  • Cambios de hábitos de consumo: El traslado masivo a la compra online y una demanda más exigente de sostenibilidad y rapidez en la entrega.
  • Expansión agresiva: Forever 21 abrió enormes tiendas en grandes ciudades, pero no consiguió mantener márgenes ni rentabilidad, aumentando su exposición financiera.
  • Desconexión digital: Su estrategia de comercio electrónico fue tardía y poco disruptiva, mientras el público migraba hacia plataformas más “inteligentes” y personalizadas.
  • Daños reputacionales: Demandas por plagio, condiciones laborales cuestionables y problemas de calidad erosionaron su imagen ante las generaciones más jóvenes y concienciadas.

La caída de la estadounidense acelera la transición hegemónica hacia las plataformas chinas de moda ultra low cost. 

Tanto Shein como Temu ofrecen catálogos casi infinitos, actualización diaria de productos, inteligencia logística, entrega mundial y precios que desafían cualquier comparación en el mercado físico estadounidense.

La clave está en lo que la compañía define como “régimen de minimis”, por ley, los envíos inferiores a 800 euros pueden ingresar en EE.UU. sin aranceles ni impuestos, lo que dio a Shein y Temu la oportunidad de trasladar ese ahorro directamente al cliente, presionando aún más a minoristas tradicionales como Forever 21, que sí debían pagar aranceles sobre sus importaciones por grandes volúmenes.

Según datos citados por la compañía, en 2024 llegaron a EE.UU. cerca de 1.400 millones de pequeños paquetes por valor inferior a 800 euros, reflejo de la magnitud del cambio en los hábitos de consumo nacionales.

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