La presión del Gobierno a Ferrovial pone en riesgo el negocio de 13.000 proveedores

La actividad del grupo de Rafael del Pino genera más de 270 millones de euros para la Hacienda pública española que mantendrá pese a tributar en Países Bajos

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EFE

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La salida de España de Ferrovial ha unido al Gobierno en contra del grupo de la familia Del Pino. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, con Nadia Calviño a la cabeza, busca la manera de evitar el cambio de domicilio de la empresa a Países Bajos y la ha amenazado con múltiples represalias: desde apartarla de concursos públicos hasta aplicarle el escudo anti-opas, pasando por reclamarle ayudas como las de los ERTE. 

El acoso y derribo puede tener una consecuencia, que es que Ferrovial reduzca negocio en España, pese a que prevé un 2023 positivo por los contratos logrados el año pasado y que siguen vigentes y por la actividad concesional de este ejercicio. Pero si es castigada, no logra nuevas adjudicaciones y su actividad va a la baja, puede tener que reducir estructura, y eso sería mucho más perjudicial que el cambio de domicilio social y fiscal. De hecho, Ferrovial mantendrá sus actividades en España, pero de no hacerlo, el coste sería muy alto. 

Ferrovial trabaja con cerca de 13.000 proveedores en España en construcción, autopistas, parkings y energía. La cifra se ha reducido significativamente respecto a 2021 por la venta del negocio de servicios, pero si se compara por los mismos negocios, la compañía ha incrementado el número de empresas con las que trabaja, pues solo en 2022 evaluó a 15.000 posibles nuevos proveedores en todo el mundo, de los que incorporó a la mayoría.  

A nivel global, trabaja con 49.135 proveedores, de los que la gran mayoría, casi el 80%, son del negocio constructor. Más de uno de cada cuatro, el 26,4%, están en España, por lo que la cifra concreta es de 12.972. La empresa que preside Rafael del Pino incrementó en 2022 el porcentaje de proveedores locales, que supera el 97% del total. Por eso es tan importante donde tiene la actividad, y la reducción o cese de la misma, o su salida efectiva del país, sería tan perjudicial. 

Ferrovial no ofrece datos de cuánto facturan sus proveedores, los puestos de trabajo que ocupan ni los impuestos que pagan. Sí que detalla, en cambio, que su aportación a la Hacienda pública va más allá del impuesto de sociedades, que se ahorrará con la marcha a Países Bajos. En 2022 recaudó en España 282 millones de euros en impuestos, de los que solo 9 fueron sociedades, por el uso de los créditos fiscales. 

El resto se divide en dos tipos: 117 millones de euros de impuestos sobre el trabajo, el IVA no deducible o gravámenes locales, y 256 millones recaudados y pagados a las finanzas públicas por cuenta de terceros, como los impuestos al trabajo que pagan los empleados pero recauda la empresa, el IVA deducible o retenciones. Estos los seguirá pagando pese al cambio de sede pero se reducirán si reduce su negocio y la contratación, pues están vinculados directamente a la actividad. 

Ferrovial redujo considerablemente su plantilla en España en 2022 por la venta de su negocio de servicios, pero como pasa con los proveedores, lo que respecta a los negocios que siguen en activo, el número de empleados creció. El grupo que dirige Ignacio Madridejos tiene en España 5.413 empleados y es el segundo país con más trabajadores por detrás de Polonia. Su salario medio roza los 50.000 euros brutos anuales. 

Ferrovial prevé crecer en España

La intención de la compañía es seguir operando con total normalidad en España. De hecho, en su memoria anual asegura que “se prevé un crecimiento de ventas con respecto a 2022 gracias al buen ritmo de contratación, con la adjudicación de varios contratos relevantes de ferrocarriles y para clientes privados, y una vez superados los retrasos en licitación derivados de la Covid-19″.  

A medio plazo también ve negocio en España, pues valora positivamente que el avance de los proyectos vinculados a los fondos europeos, de los que Ferrovial ha pedido 5.000 millones de euros, hará que la licitación se mantenga alta, “a lo que se suma la buena dinámica de iniciativas públicas ferroviarias y sanitarias, y privadas en proyectos industriales, de edificación y de energía renovable”.

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