Fira Barcelona teme por el futuro del Mobile World Congress

La Fira está preocupada por que haya disturbios callejeros durante el Mobile y por los efectos que pueda tener de cara a su continuidad en Barcelona

Foto del último certamen del Mobile World Congress celebrado con normalidad.

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Los responsables de Fira Barcelona temen que los episodios de violencia callejera que ha sufrido la ciudad en las últimas semanas les pasen factura. Saben que se han visto en todo el mundo y que puede restarles visitantes internacionales. Pero lo que les preocupa más es que los disturbios se repitan coincidiendo con la próxima edición del Mobile World Congress (MWC), programado del 24 al 27 de febrero del próximo año.

Aunque el consejo de administración ferial que preside Pau Relat exhibe optimismo de cara al exterior, sus miembros, incluido el propio Relat, se muestran preocupados en conversaciones privadas que han mantenido en los últimos días con destacados empresarios: temen que las calles vuelvan a arder durante el próximo Mobile. Eso se utilizaría para que el conflicto político catalán apareciera de nuevo en los medios de todo el mundo.

En la reunión de la junta directiva de la patronal catalana Foment del Treball del pasado lunes, su presidente, Josep Sánchez Llibre, se refirió a la “preocupación” de los máximos responsables de Fira Barcelona por la repetición de episodios de violencia callejera o de bloqueo de infraestructuras como el aeropuerto. Las amenazas que se ciernes sobre Fira de Barcelona centró la reunión.

En la reunión de la junta directiva de Foment estaba prevista la asistencia del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, pero se fue antes de iniciarse. Horas después asistió en el Palacio de Congresos de Barcelona a la entrega de los Premios Princesa de Girona. Garamendi se ha convertido en uno de los habituales de los actos oficiales de la Casa Real.

La continuidad del Mobile en Barcelona, en juego

No solo está en juego la prórroga del contrato del MWC sino la continuidad de algunos certámenes feriales. Los responsables de Fira Barcelona evitan a toda costa generar alarmismo, pero se mueven para reforzar los apoyos empresariales y políticos. La ministra Nadia Calviño aseguró el martes que la cooperación entre las autoridades será “total” para garantizar que el Mobile se quede en España.

Este 19 de noviembre se reúne el patronato de la fundación Mobile World Capital del que, además del Gobierno español, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, forman parte destacadas corporaciones tecnológicas y GSMA, la patronal mundial de empresas de telefonía móvil que promueve el Mobile World Congress. Sin duda, en aquella reunión también se tratara de la seguridad de la próxima edición de esta feria.

El contrato con Fira Barcelona para albergar el Mobile finaliza el año 2023. Sin embargo, las negociaciones para su renovación deberían iniciarse a finales del próximo año y pueden verse marcadas por los resultados de la edición de febrero.

La edición celebrada este 2019 atrajo a 109.000 visitantes de 198 países. Es la principal feria mundial del sector de la telefonía. Su impacto genera más de 470 millones de euros. Además, potencia que Barcelona capte empresas tecnológicas.

La patronal GSMA exige que se garantice la seguridad y la movilidad. En las últimas ediciones, el Mobile ha coincidió con huelgas del metro, con los problemas de Uber y Cabify, así como con un inestable clima político. Ni el presidente Quim Torra ni la alcaldesa Ada Colau participaron en la recepción del rey Felipe VI con la que se abre el Mobile. No obstante, GSMA, con su consejero delegado al frente, el norteamericano John Hoffman, siguió confiando en Barcelona. Si las calles de Barcelona aparecen con barricadas incendiadas durante el Mobile quizá a Hoffan se le acabe la paciencia.

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