El Gobierno chocaría con sus principios ‘verdes’ si decidiera entrar en el capital de Naturgy

El terremoto generado en el accionariado de la gasista española ha despertado rumores sobre una entrada del Gobierno como inversor, una situación difícil de explicar

Teresa Ribera

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. EFE/ Javier Lizón

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Naturgy vive un auténtico tsunami corporativo. Se ha hecho oficial que la compañía emiratí Taqa está negociando para entrar en la gasista y, en paralelo, han surgido rumores sobre cómo se moverá el Gobierno. El problema de una potencial entrada sería la justificación de invertir en una compañía relacionada con tecnologías de altas emisiones. 

La relación del Gobierno con Naturgy es neutra. Se trata de la energética con la que menos conflictos ha tenido en el último año. No existe la tensión que tiene la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con Repsol a cuenta de la neutralidad tecnológica. Y tampoco hay tanta fricción como con Iberdrola por la cuestión impositiva.

Pero eso no acerca tanto a la empresa presidida por Francisco Reynés con la agenda ‘verde’ del Gobierno. Una potencial entrada de la Sepi en el accionariado de Naturgy supondría rechazar mucho de los principios sostenibles que defiende el Ejecutivo de Pedro Sánchez

Naturgy es la compañía energética con mayor capacidad instalada de ciclos combinados de gas. La compañía de Reynés tiene una potencia de 7.427 MW en sus plantas de ciclo combinado. Le sigue Iberdrola, que tiene una capacidad de 5.695 MW. En tercer lugar, se sitúa Endesa con 3.823 MW de potencia instalada. 

Esta situación provoca, lógicamente, que Naturgy sea la compañía que más negocio hace con los ciclos combinados, la tecnología más emisora de CO2 en estos momentos. Esta situación sería difícil de justificar por parte del Gobierno, según explican fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL. 

Desde el Ejecutivo estarían dispuestos a argumentar que se trata de la defensa de una compañía estratégica, pero el conjunto del negocio gasista tendría un difícil encaje. Recibir dividendos de una empresa que tiene como gran fuente de ingresos una tecnología emisora sería complicado de justificar

La complejidad del gasto 

El otro gran escollo que tendría que salvar el Gobierno es la justificación de un nuevo gasto milmillonario por parte de la Sepi para entrar en una compañía que, pese a estratégica, contraviene los argumentos ‘verdes’ del Gobierno. 

Además, fuentes cercanas al Ejecutivo advierten a este medio que el escudo antiopas sería capaz de amortiguar la potencial entrada de Taqa en el accionariado de Naturgy.

La inversión de un 10% en Naturgy por parte de la Sepi, que le dejaría en una posición de intrascendencia frente al control absoluto por parte de la empresa emiratí, supondría del desembolso de 2.100 M€ a un precio de 22 €/título. 

Este gasto, similar al que se va a realizar el Telefónica, tendría también una compleja justificación por la insolvencia de la Sepi que ha tenido que usar fondos de los Presupuestos Generales del Estado para financiar dicha compra.

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Raúl Masa

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