Grifols se hunde otro 9% en Bolsa tras la rebaja de calificación de S&P y Fitch

JPMorgan reduce su participación en la farmacéutica hasta un 3,85%, después de irrumpir con un 5,1% hace una semana

Thomas Glanzmann, presidente y CEO de Grifols. Grifols

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Ni un respiro. Las agencias de rating ahondan en la crisis bursátil de Grifols, que vuelve a hundirse un 9% en Bolsa después que Fitch y S&P hayan rebajado su nota crediticia por los riegos de refinanciación de su deuda y la baja generación de caja libre. El mismo día, JPMorgan ha vendido parte de sus acciones, tras irrumpir con una participación del 5,1% en la compañía.

En medio de la tormenta causada por las acusaciones de fraude vertidas por Gotham City Research, ambas firmas han empeorado sus valoraciones de la farmacéutica catalana. Fitch ha situado la calificación a largo plazo de la compañía de B+ a BB-, con una perspectiva que se mantiene como negativa; mientras que S&P ha rebajado la nota a B con una observación de crédito negativa.

En su comunicado, la primera agencia atribuye la rebaja a la ralentización del ritmo de desapalancamiento. Según defiende, la generación de flujo de efectivo libre de Grifols será «significativamente menor en 2023 y 2024», mientras que también cuestiona el compromiso de la dirección «con una política financiera disciplinada».

Fitch duda de la capacidad de Grifols de desapalancarse

Fitch espera que el apalancamiento bruto se mantenga «significativamente» por encima de 5x en 2024 y de 5x hasta 2026. La farmacéutica se ha comprometido a alcanzar un 4x a cierre de este 2024 utilizando los fondos obtenidos de la venta del 20% de Shanghái Raas, pero la firma no cree que sea suficiente para reducir su apalancamiento.

La agéncia señala que mantiene la perspectiva negativa por el mayor riesgo de financiación de la multinacional de cara a sus próximos vencimientos en 2024 y 2025, aunque admite que la desinversión en china, pendiente de aprobación final, ayudaría a mitigar la presión de la deuda. «Si no se afrontan los vencimientos de 2025 con un plan claro antes del tercer trimestre de 2024 incrementaría de manera significativa los riesgos de refinanciación y liquidez, llevando a una nueva rebaja«, avisa.

Fitch también asegura que «la propiedad concentrada y la implicación histórica de la familia en la gestión de la compañía pesan en nuestra evaluación del gobierno corporativo, con transacciones comerciales complejas con entidades relacionadas con la familia». En este sentido, Gotham City ha puesto en el ojo del huracán la gobernanza de la empresa, acusandola de emprender operaciones con Scranton, el holding participado por los Grifols y propietario del 8% de la farmacéutica, para beneficiar a un grupo reducido de accionistas.

Por su parte, S&P también apunta a la «menor generación de caja libre y mayores apalancamientos» de Grifols para 2023 de lo esperado y advierte del riesgo de «un apalancamiento libre negativo de flujo de caja y márgenes de ebitda (beneficio bruto) ajustados por debajo de las expectativas en 2024». Pese al acuerdo para vender su filial china, la agencia prevé que el apalancamiento cierre el año en un 6,6x, frente al 5,6x anotado en 2023.

1.800M en vencimientos

Grifols se enfrenta a un vencimiento de 1.800 millones de euros en 2025 y la firma estadounidense ya ha avisado que van a «revisar la evaluación de liquidez» y a continuar bajando las calificaciones de Grifols si llegan a la conclusión de que no van poder devolver esta deuda.

La compañía se ha defendido en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) asegurando que «continúa desarrollando su actividad con normalidad y sigue plenamente comprometida con la ejecución de su plan de reducción del apalancamiento«, mediante una mejora del beneficio bruto y de la venta del 20% de Shanghai RAAS, recordando que la operación se cerrará en los próximos cuatro meses.

«Esperamos hacer frente a nuestros vencimientos de 2025 de manera eficiente en la primera mitad de 2024, teniendo en cuenta los ingresos de la venta de SRAAS y otras opciones disponibles. La ejecución de estos compromisos ayudará a Grifols a alcanzar unos niveles de apalancamiento que deberían servir de base para una mejora en la calificación de las agencias«, dice la empresa, intentando calmar a los mercados.

La sede de Grifols en el parque tecnológico de Zamudio (Bizkaia). EFE/Luis Tejido

Moody’s ya avisó hace unas semanas que había colocado en revisión para rebaja la calificación de Grifols por una generación de flujo de caja libre más débil en 2023-2024 y por las dudas en el gobierno corporativo, especialmente las que tienen que ver con la gestión de riesgos por parte de la multinacional de hemoderivados, así como la «complejidad organizativa».

Las rebajas de las agencias de rating le han valido a Grifols otro bajón en Bolsa. Las acciones de la compañía que preside Thomas Glanzmann han cerrado la sesión con un precio de 7,20 euros, lo que supone una caída del 9,34% respecto al valor cotizado 24 horas entes.

No solo eso, sino que ha devuelto a Grifols a cotizar en mínimos. En las últimas semanas, tras presentar sus cuentas sin auditar, las acciones de Grifols han llegado a anotar precios que no se veían desde hacía más de una década, en mínimos de 6,90 euros. La presentación del informe de auditoría de KPMG el viernes pasado le supuso todo un respiro a la empresa, pero ha sido corto.

El fabricante de hemoderivados está instalado en una montaña rusa permanente en Bolsa desde que el pasado 9 de eneroGotham City Research la acusara de manipular sus cuentas, lo que llevó a la empresa a demandar al fondo. En las últimas semanas, sus acciones están siendo presa de las firmas bajistas, empujadas por la entrada en su capital de grandes fondos como JPMorgan o Jefferies, que ya han prestado buena parte de su tenencia.

JPMorgan se hizo el pasado jueves con un 5,18% de las acciones de la empresa aprovechando los precios mínimos, convirtiéndose de un plumazo en uno de los accionistas más relevantes de la empresa, solo superado por la familia fundadora. Sin embargo, este jueves su participación ya se ha reducido hasta un 3,85%, según los registros del regulador bursátil.

De hecho, el fondo estadounidense ha vendido buena parte de los derechos de voto atribuidos en acciones, pasando de una participación del 1,55% del capital, a un 0,187%. El resto de los título que conserva son derechos de voto a través de instrumentos financieros (3,66%), de los cuales la gran mayoría, un 3,52%, están prestados a un tercero.

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