La matriz de Abertis negocia ‘in extremis’ salvar su negocio en Italia

Atlantia pide al gobierno de Giuseppe Conte seguir negociando después del 30 de junio, cuando Italia puede revocar las concesiones de Aspi

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Atlantia, primer accionista de Abertis, vive una situación de extrema delicadeza. El gobierno italiano puede despojarla de sus autopistas en Italia antes de una semana y Giuseppe Conte ha dado a entender en las últimas semanas que existen motivos más que suficientes para despojar a Autostrade per l’Italia (Aspi) de las concesiones por las negligencias relacionadas con el accidente de ponte Morandi. Por ello, el grupo de los Benetton quiere ahora negociar con el ejecutivo italiano.

El consejo de administración de Aspi, filial 100% de Atlantia, decidió este lunes mandar una carta al ministerio de Transporte italiano con el fin de negociar la salida a la crisis más allá del 30 de junio, cuando a priori el gobierno debe haber tomado ya una decisión. Atlantia anunció que estas negociaciones están “destinadas a alcanzar una resolución acordada” y con la intención de que Aspi siga gestionando las autopistas concesionadas a partir del 1 de julio.

A finales de 2019, el ejecutivo de Conte aprobó cambios en el decreto ley de Milleprogroghe, que le permitía despojar a Aspi de las concesiones de forma unilateral aunque debería indemnizarla. Dicha modificación daba al gobierno seis meses para hacerlo, que terminan el 30 de junio próximo, aunque si no lo ejecuta no significa que no pueda hacerlo después; simplemente, pierde este mecanismo automático.

Atlantia trató inicialmente de combatir el decreto por la justicia e intenta todavía que los tribunales tumben dichos cambios al considerarlos abusivos y contrarios a ley, pero por ahora no ha tenido éxito. Es por ello que Aspi ha decidido mandar esta carta al ministerio de Transporte para pedirle que negocie el futuro de las concesiones más allá de esa fecha límite y se abre a la posibilidad de perder concesiones.

El culebrón del gobierno italiano y Atlantia

El futuro de las autopistas italianas se está convirtiendo en un triste culebrón. Tras el derrumbe de ponte Morandi en Génova en agosto de 2018, en el que murieron 43 personas, el gobierno inició una investigación para esclarecer las causas. Aspi gestionaba la infraestructura y un informe concluyó que se habían producido negligencias en su mantenimiento, lo que costó la dimisión de Giovanni Castellucci, consejero delegado de Atlantia y arquitecto de la opa sobre Abertis.

Desde el último trimestre de 2019, el ejecutivo italiano está lanzando mensajes que apuntan a la pérdida de concesiones de Aspi, sean todas o solo una parte de ellas, y desde enero aseguran que es inminente pero no terminan de tomar la decisión. El último en hablar fue el primer ministro, Giuseppe Conte, que aseguró que había indicios suficientes para quitar los contratos a la empresa de la familia Benetton.

Atlantia siempre ha confiado en un acuerdo administrativo que suponga una multa, que ya ha provisionado, pero que no suponga la pérdida de concesiones. De hecho, los Benetton negocian la venta de una parte de Aspi, incluso de la mayoría, operación que no tendría sentido si la concesionaria se queda sin negocio.

Este 2020 será un año negro para los Benetton, pues al margen de lo que pase con las concesiones, todos sus negocios se han visto muy afectados por la crisis del coronavirus. El tráfico ha caído en las autopistas pero todavía más en los aeropuertos, otro de sus negocios importantes. Todo ello ha hecho que Abertis le aporte la mitad del beneficio bruto pese a perder negocio en España. La compañía que dirige José Aljaro está creciendo, además, con compras en México y explora otros mercados.

Xavier Alegret

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