Los Raventós ocultan los propietarios de Unipost al administrador concursal

Jausas Legal no tuvo acceso al libro de socios ni al libro de actas para elaborar su informe sobre el concurso de acreedores de Unipost

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Nadie sabe quién es el dueño de Unipost. Ni lo saben los trabajadores, ni lo supieron los auditores de sus cuentas ni lo sabe ahora el administrador concursal, Jausas Legal. La compañía de servicios postales, en concurso de acreedores desde el pasado julio, no facilitó el acceso de Jausas al libro de socios ni al libro de actas para la elaboración del informe provisional del concurso.

El texto, emitido el pasado martes, llega con dos meses de retraso debido al gran número de acreedores. No obstante, no está completo ante la falta de colaboración de la familia Raventós, que oculó el listado con los accionistas de la compañía y sus participaciones y las actas de consejos y juntas de administración al emisario del juez.

Si bien es conocido que la saga catalana controla la compañía de servicios postales, jamás han desvelado el reparto desde que Deutsche Post se deshizo del 37% del capital que poseía en favor de la familia.

Entre los accionistas conocidos destacan Antón Raventós Raventós, presidente del grupo; Pablo Raventós Sáenz, director general; y Salvador Ferrán Pérez-Portabella, secretario del consejo de administración. La familia tiene más de 200 miembros, muchos de ellos con acciones en el grupo postal.

Los auditores de Unipost ya alertaron del secretismo de los Raventós

De hecho, el auditor Uniaudit Oliver Camps ya alertó de las lagunas en sus informes. La memoria no incluye “el detalle de los socios con un porcentaje de participación superior al 10%”, alertó en las auditorías de los ejercicios 2015 y 2016.

Como denunció Economía Digital, entre los accionistas está la sociedad Patinage Consultadoría e Marketing, con sede en Madeira, un territorio que ofrece beneficiosas condiciones fiscales a sus empresas. Con sillón en el consejo de administración desde 2014, estaba participada por 27 miembros de la familia, entre ellos el mismo Pablo Raventós.

La empresa portuguesa tenía unos activos de cinco millones de euros y no registraba actividad. Su única función era tener las acciones de Unipost y tenía un solo empleado.  Tras dos años y medio, y varias consultas de este medio para preguntar por esta sociedad con sede en Madeira, se disolvió.   

El administrador concursal investiga las transacciones de Unipost con otras empresas del grupo

Sin embargo, el cierre de la hoja no despistó al administrador concursal. Jausas investiga ahora todos los movimientos contables de los administradores de Unipost en los dos últimos años “a fin de detectar cualquier operación anómala”, explican desde el sindicato CGT. También se analizan las transacciones entre los propios grupos “y en concreto las operaciones realizadas con Patinage”, añaden.

Existen más operaciones sospechosas. El administrador detectó una partida por importe de 1,3 millones de euros correspondiente a “inversiones en empresas del grupo y asociadas a largo plazo” que ya estudia con detenimiento.

En concurso de acreedores por unas deudas de 50 millones

Economía Digital ya avanzó unos números rojos de 9,8 millones de euros hasta el pasado mes de agosto. El agujero multiplica por 2,4 los 4 millones negativos del 2016 y prácticamente quintuplica los 2,1 millones perdidos en 2015 por la firma de la familia Raventós. Con unas deudas de casi 50 millones de euros acumuladas, la compañía entró en concurso de acreedores el pasado julio.

Mientras, un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para la totalidad de la plantilla ya está sobre la mesa y los primeros despidos a ver la luz. El recorte afectará a los 2.400 trabajadores de forma progresiva hasta el mes de mayo, el plazo que se ha dado el administrador para encontrar un comprador. Hasta el momento, Correos es el único nombre que ha trascendido.

El interesado deberá pagar la deuda de 4,6 millones contraída con la Seguridad Social y los pagos a los empleados que Fogasa no cubra. 

Unipost fue la empresa registrada por la Guardia Civil el pasado mes de septiembre por disponerse a repartir la convocatoria a las mesas electorales del referéndum del 1 de octubre en Cataluña. El Instituto Armado incautó más de 30.000 cartas listas para ser enviadas. La compañía de los Raventós ya realizó los repartos de la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014.

Carles Huguet

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