Prohibidos en sus estanterías: la drástica medida de Mercadona y Alcampo con esta marca de huevos

Tras la información brindada por el Diario de Mallorca, Mercadona y Alcampo han optado por eliminar de su catálogo los huevos de Llucmajor como medida preventiva

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Mercadona y Alcampo han retirado de sus estanterías los huevos camperos procedentes de la granja de Llucmajor, conocida como Ses Cisternetes y gestionada por Avícola Son Perot, tan pronto el Govern balear ordenó la paralización de una de sus seis naves por condiciones higiénicas inadmisibles, con el objetivo de evitar mantener en sus lineales productos que puedan ser nocivos para sus clientes.

La decisión, adelantada por el Diario de Mallorca, se produjo tras una intensa inspección de más de ocho horas realizada conjuntamente por los técnicos de la Conselleria de Agricultura y el SEPRONA. Una decisión en la que, según la información brindada por el citado medio, aún no hay un consenso generalizado entre las partes, aunque ya es seguro que tendrá consecuencias para la granja de Llucmajor.

La decisión del Govern lleva a Mercadona y Alcampo a tomar una decisión

No obstante, tal y como recalca el Diario de Mallorca, tanto Mercadona como Alcampo han subrayado que no existía ningún riesgo para la salud pública, pero optaron por actuar conforme al principio de precaución, retirando los productos de forma inmediata tras conocer la resolución administrativa. En el caso de Mercadona, la retirada se efectuó el mismo viernes por la tarde, y el sábado ya no quedaban huevos camperos de esa procedencia en sus tiendas de Mallorca y Menorca, únicas zonas donde se distribuían esos productos.

Todo ello nace de un caso que estalló después de que entidades ecologistas difundieran impactantes imágenes del interior de la granja, mostrando gallinas muertas, ratas en descomposición y condiciones insalubres. Estas denuncias generaron una fuerte presión mediática y social, que derivó en una actuación urgente por parte del Govern, tal y como se ha visto en los últimos días.

El informe técnico, elaborado tras la inspección del pasado martes, confirmó la existencia de graves deficiencias en la nave 7G de la explotación, lo que ha llevado a la paralización inmediata de su actividad, la orden de sacrificio de las 20.000 gallinas que allí se encontraban y la inmovilización de todos los huevos almacenados o producidos en dicha nave. Esos productos, según detalló la Conselleria, no podrán llegar al canal comercial ni entrar en la cadena alimentaria.

Una actuación preventiva de los supermercados… y graves repercusiones para la granja

En lo relativo a los supermercados, Mercadona reaccionó con agilidad al conocer la intervención administrativa, aplicando una retirada completa de los productos afectados en sus supermercados de Baleares, donde este proveedor tenía presencia limitada. La empresa explicó que el proveedor expedientado era uno de los 15 con los que trabaja para suministrar huevos camperos, y que su distribución estaba restringida exclusivamente a Mallorca y Menorca, lo que facilitó una retirada rápida y eficaz.

Alcampo, por su parte, adoptó la misma medida en su centro de Marratxí, confirmando que dejaban de comercializar huevos provenientes de la explotación mientras se esclarecían los hechos. Ambas compañías remarcaron su compromiso con la seguridad alimentaria y la responsabilidad ética, asegurando que su decisión fue una muestra de su política de tolerancia cero con cualquier indicio de incumplimiento en sus cadenas de suministr

Más allá de esto, el impacto para la granja avícola es notable. Además del sacrificio masivo de gallinas y la prohibición de comercializar sus productos, la empresa queda ahora sujeta a un expediente sancionador por infracciones higiénicas en la producción ganadera. Asimismo, la nave afectada será dada de baja en el registro oficial, lo que imposibilita legalmente su reactivación sin cumplir nuevos requisitos.

El director general de Agricultura, Fernando Fernández, confirmó que la explotación ya había sido objeto de numerosas inspecciones previas, motivadas en su mayoría por quejas vecinales relacionadas con malos olores o cuestiones de bienestar animal. En total, hasta 24 inspecciones se habían realizado en los últimos años, aunque, según Fernández, ninguna había revelado un escenario tan grave como el mostrado en las imágenes difundidas recientemente.

Fernández también señaló que se están cotejando más de 400 fotografías y vídeos tomados durante la inspección del martes con el material facilitado por los grupos ecologistas, para verificar coincidencias y determinar responsabilidades. Aunque reconoce que ya se habían impuesto algunas sanciones en el pasado, insiste en que el nivel de deterioro detectado ahora supera todo lo anteriormente observado.

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