Norwegian recibe el respaldo de los accionistas para evitar la quiebra

La aerolínea de bajo coste consiguió este jueves el apoyo de sus accionistas en una asamblea general extraordinaria

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Norwegian empieza a ver la luz al final del túnel. La aerolínea de bajo coste, inmersa en un proceso de protección de activos en Irlanda para blindarse frente a las reclamaciones de sus acreedores, ha conseguido este jueves el apoyo de sus accionistas en una asamblea general extraordinaria con motivo de su plan de reestructuración, que incluye emisión de nuevas acciones y la conversión de deuda.

La compañía extranjera consigue nuevamente estabilizar su situación tras recibir la semana pasada el visto bueno de los tribunales noruegos e irlandeses para seguir un doble proceso de reconstrucción en ambos países.

La solicitud para acogerse a estos mecanismos llegó tras la negativa del Gobierno noruego a conceder más apoyo económico por la pandemia del coronavirus

El primer paso tras el no del Ejecutivo noruego fue acudir a los tribunales de Irlanda, en un proceso conocido como examinership. El fin principal de este instrumento, al cual ya se han acogido en el pasado otras aerolíneas como CityJet, es proteger los activos de un solicitante en apuros frente a reclamaciones de acreedores.

El plan de los accionistas de Norwegian

El de los accionistas de Norwegian recibido este jueves permitirá seguir adelante a la compañía con su hoja de ruta: obtener 4.000 millones de coronas noruegas (375 millones de euros al cambio) a través de un programa de conversión de deuda en acciones.

Se trata del segundo match ball que salva la aerolíneas. Ya en mayo evitó la quiebra, tras lograr un primer respaldo de acreedores y accionistas a un plan para convertir 12.700 millones de coronas (1.163 millones de euros) de deuda en acciones. Este visto bueno le permitió acceder a una ayuda estatal de 3.000 millones de coronas (275 millones de euros), la mitad del total de un paquete al sector aéreo noruego. Sería la primera y última ayuda pública estatal.

La incertidumbre era razonable, sobre todo, por los movimientos de algunos de sus inversores. Su segundo accionista, BOC Aviation LTD., una empresa controlada en última instancia por la República Popular de China, había reducido durante los últimos meses su participación en la compañía, como claro gesto a su desinterés en ella.

Sin embargo, la compañía sigue atravesando una difícil situación financiera, que arrastra desde hace años pero ha sido agravada por la crisis del coronavirus, que ha hundido los niveles de tráfico por las restricciones a la movilidad para frenar la propagación de la enfermedad. A ello se une el enorme hachazo bursátil que ha vivido en paralelo a la alerta sanitaria.

La mala situación de Norwegian, dejando de lado la situación epidemiológica, se debe a la prohibición temporal de vuelo de los Boeing 737 MAX y a los problemas con los motores Rolls Royce.

Sin noticias en España

De momento, se desconoce qué efectos tendrá la resolución de la junta extraordinaria en la división española, donde trabajan más de 1.8000 empleados y existe mucha incertidumbre, porque la caerolínea no vuela en el país y solo lo hace en Noruega, con muy pocos aviones.

Desde el inicio de la crisis del coronaviurus, toda la plantilla en España está bajo expediente temporal  de empleo. Esa decisión afecta tanto a los tripulantes (pilotos y TCPs) como a los agentes de handling, encargados de los protocolos establecidos para el flujo de carga y descarga de equipajes. 

Contactadas por este medio, fuentes sindicales indican que todavía no han recibido ningún tipo de noticia de la compañía para informarles de las últimas novedades internas.

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Cristian Reche

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