Caixabank limpia 8.000 millones de activos tóxicos

El año pasado fue clave para la limpieza de activos problemáticos de los bancos. Caixabank redujo a la mínima expresión su cartera inmobiliaria

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Caixabank cerró un 2018 caracterizado por varios hitos, pero si hay uno importante, además del récord de beneficios, es la limpieza de activos tóxicos. Entre cartera inmobiliaria y créditos dudosos, el banco catalán limpió su balance de más de 8.0000 millones de activos tóxicos.

Según ha explicado en la presentación de resultados Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, la entidad llevó a cabo una “fuerte reducción de activos problemáticos” en 2018. Junto con el Sabadell, fueron los que más aceleraron en esta dirección, en buena parte porque el Santander y BBVA ya lo habían hecho pero los bancos catalanes retrasaron las ventas de grandes carteras de ladrillo a la espera de la recuperación del sector.

Unos 8.250 millones de euros de activos problemáticos sacó Caixabank de su balance en 2018. La parte más importante fue por la venta del 80% de su negocio inmobiliario, incluido el servicer, Servihabitat, a Lone Star. Así, su cartera inmobiliaria se redujo un 87%: de 5.878 a 740 millones de euros.

La segunda pata de la limpieza de activos inmobiliarios es la reducción del saldo de créditos dudosos, en parte por la inclusión de carteras de créditos en las ventas de ladrillo. El saldo dudoso disminuyó en 3.110 millones de euros, hasta 11.195 millones. Así, la ratio de morosidad de Caixabank bajó del 6% al 4,7% en solo un año.

Caixabank mejora, pero cae en bolsa

La limpieza ha permitido al banco reforzar sus niveles de liquidez y calidad de activos, satisfaciendo las cada vez más duras exigencias del BCE, y reducir dotaciones y provisiones, lo que ha impactado positivamente en el resultado. Caixabank liberó 275 millones de provisiones por la mejora de la deuda y redujo el deterioro de activos financieros por la venta de las carteras.

No obstante, a corto plazo, estas operaciones han generado pérdidas. La venta del negocio inmobiliario dejó unos números rojos de 252 millones. Pero este impacto es puntual, mientras que los beneficios de la limpieza del balance permanecerán.

Caixabank ganó 1.985 millones de euros en 2018, un 18% más que en el año anterior y un récord para la entidad. Mientras que los márgenes crecieron, la venta de ladrillo y la de la participación en Repsol frenaron algo el beneficio. El mercado esperaba unas ganancias de más de 2.000 millones, por lo que los resultados defraudaron. El banco abrió en bolsa con una caída del 6%, que a media mañana superaba ya el 7%.

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