Caixabank y BBVA dan alas a sus propios Amazon

Bankia se puede sumar pronto a la moda de vender 'online' y físicamente producto de consumo financiado, vacaciones e incluso coches de segunda mano

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Este 14 de septiembre ha entrado en vigor la Directiva PSD2 que cambia la seguridad en los pagos en comercio electrónico y que también abre la puerta de entrada a los gigantes tecnológicos –Google, Amazon o Facebook– al negocio financiero, que tanta polémica ha generado con la banca.

El Banco de España ha anunciado que fijará un periodo transitorio para quienes todavían no hayan podido implementar el sistema de doble autentificación de pagos, pero los que hayan validado su plan ya pueden operar con total tranquilidad.

La banca española no se ha quedado de brazos cruzados ante la llegada de nuevos competidores y, de hecho, se está inspirando en alguno de los gigantes de la tecnología para abrir nuevas líneas de negocio, que le permitan aumentar los ingresos en un entorno de tipos de interés en negativo. Amazon y el comercio online se han convertido en su modelo a seguir.

Caixabank (www.promocaixa.es) y BBVA (www.decomprasbbva.com) cuentan con sus propias tiendas online de productos (no tan amplias como las del gigante norteamericano), pero ya con una amplia diversificación de producto. La primera ya vende productos de tecnología, del hogar, aparatos de fitness, patinetes eléctricos o alarmas Securitas Direct, entre otras propuestas.

En cuanto al banco presidido por Carlos Torres su tienda en Internet vende gran parte de la gama anterior, pero añade paquetes de vacaciones; algo para lo que ha creado una agencia de viajes online (www.bbvavacaciones.com), o incluso intermedia en la venta coches de segunda de mano; con el gancho de la devolución de parte del importe.

La particularidad de ambos sobre Amazon es que venden el producto acompañado de financiación. Y aquí los bancos son especialmente competitivos porque pueden ofrecer la venta financiada al 0%; algo que no todas las tiendas online pueden permitirse.

Espíritu comercial

El banco liderado por Gonzalo Gortázar, además, está explorando otras posibilidades, como la utilización de su propia página en Internet para posicionar productos -se puede adquirir un teléfono Samsung desde la home de Caixabank-, aprovechar sus propias oficinas, o estrenar una nueva línea de tiendas físicas. En 2018 inauguró su primer establecimiento Family Store, en Málaga, especializado solo en producto de consumo y no financiero.

El próximo en dar un paso en este sentido podría ser Bankia. A finales de julio el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri registró su propia empresa para dedicarse a la venta de productos de consumo, Bankia Commerce, para vender en el futuro productos de consumo; un proyecto que es todavía incipiente y que no cuenta con una fecha de lanzamiento. En la línea de Caixabank y BBVA, la entidad espera que sea una nueva fuente de ingresos, ya que lo puede combinar con los préstamos al consumo.

La presión de la eficiencia

Los bancos españoles se encuentran inmersos en una severa reestructuración de la red comercial desde hace años, que le ha llevado a cerrar miles de oficinas, y que ha provocado que este mismo año tanto Caixabank, como el Santander hayan puesto en marcha expedientes de regulación de empleo (ERE). Diversificar el perfil comercial de la red, incorporando producto físico al financiero -como ya está probando Caixabank- puede ser una salida para mantener y rentabilizar las oficinas.

El otro reto de los bancos es demostrar a los inversores que están sabiendo buscar alternativas para combatir los tipos de interés negativos -que parece que se asentarán en Europa durante años-; algo a lo que el giro comercial y el aumento del negocio de consumo (el volumen de concesión de hipotecas sigue siendo muy inferior a los previos a la crisis de 2008), pueden ayudar.

En esta línea, la semana pasada, Caixabank cerraba la integración de fusión de CaixaBank Payments en CaixaBank Consumer Finance. Este nuevo gigante del consumo y los pagos nace con 16 millones de clientes y una cartera de crédito de 5.000 millones. 

El banco confía en que los pagos móviles y el crédito al consumo se conviertan, que ha integrado ahora en esta sociedad, se convierta en dos de los motores claves para alcanzar el objetivo de rentabilidad comprometido en su plan estratégico. De acuerdo con su hoja de ruta, el banco espera alcanzar un ROTE (Retorno sobre el capital tangible) por encima del 12% en diciembre de 2021. 

Caixabank calcula que el negocio de créditos al consumo y los pagos añadan durante el periodo del plan estratégico 1,9 puntos básicos al ROTE con el que cerró 2018, que fue del 9,7%. 

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