La carencia de hipoteca puede ser perjudicial para la economía familiar

Aunque esta alternativa supone un alivio si la familia pasa por apuros económicos, el valor de la hipoteca aumenta y se estiran los plazos para cancelarla

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Dos de cada diez hogares tienen dificultades para pagar la hipoteca, según la OCU. Una situación que obliga a muchas familias a buscar alternativas para no perder su vivienda. Solicitar una carencia de hipoteca es una solución que puede significar un alivio momentáneo, ya que permite dejar de pagar una parte o la totalidad de la cuota mensual. Sin embargo, la carencia no es ni gratuita ni fácil de conseguir, por ello, cabe conocer los principales riesgos que tiene esta alternativa

Aumento del coste total de la hipoteca

Aunque la carencia de hipoteca permite reducir la cuota mensual, ya que solo se abonan intereses, tiene una gran desventaja: el coste total de la hipoteca aumenta. Por ejemplo, para una hipoteca de 150.000 euros, a 25 años y un interés de Euribor 1 %, se devolvería al banco un total de 31.285 euros en concepto de intereses. Si después de 5 años se solicita una carencia de capital, los intereses aumentarían hasta 35.014 euros, es decir, que la carencia tendría un coste de 3.729 euros.

Además, hay que tener en cuenta que durante los primeros años de hipoteca se pagan más intereses que capital, por lo que resultará más cara si se la solicita en ese período.

El plazo de amortización se alarga

Otro problema de la carencia es que prolonga el plazo total de la hipoteca. En caso de que a la familia no le importe que la hipoteca se estire, se puede valorar otra alternativa, como alargar el plazo de amortización. Puede resultar más barato (si se negocia con el banco) y se reducirían las cuotas de la hipoteca. 

La cuota vuelve a los valores originales

Hay que tener en cuenta de que después del periodo de carencia la cuota volverá a sus valores originales. Así que esos meses de gracia se deben usar para recuperar la economía familiar o, al menos, ahorrar para poder asumir otra vez la cuota normal.

La carencia hipotecaria se tiene que tomar como una ayuda eventual, no como un recurso sistemático, ya que la operación acarrea un coste. Sin embargo, existen algunas situaciones en las que la carencia sí puede ser una ayuda, como cuando se necesitan fondos para encarar reformas tras adquirir una vivienda; o si se atraviesa un problema económico puntual, del que se espera poder salir pronto. 

Economía Digital

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