Isidro 1952, Sanbrandan, Feca-Neón… Incógnitas de una triple compra

Recelo entre los trabajadores ante las operaciones de compra impulsadas por el empresario Carlos García Martín, que suman un negocio de 80 millones de euros

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Con los datos del Registro Mercantil en la mano, la única operación que, de momento, ha cerrado en los últimos meses el empresario coruñés Carlos García Martín es la compra de la emblemática firma de rótulos Feca-Neón. No obstante, el, hasta hace poco, prácticamente desconocido emprendedor ya se ha presentado a la plantilla de Isidro 1952 (la antigua Isidro de la Cal) como su nuevo propietario y, según asegura de forma pública, está cercano a cerrar la compra de Ipasa, la factoría coruñesa de pan congelado, dueña de la cadena de establecimientos Sanbrandan. Si se oficializan todas estas operaciones, el dueño de la cadena Óptica Gallega se habrá hecho, en poco más de tres meses, con tres firmas que, en conjunto, facturan unos 80 millones de euros anuales. Se trata de un movimiento poco habitual en el mundo empresarial, en el que los inversores acostumbran a adquirir un negocio, consolidarlo y, luego, pasar a otra adquisición. 

Ese ímpetu inversor, unido al hecho de que, en 2003, el empresario estuvo procesado por estafa, ha despertado el recelo de una parte de los trabajadores de Isidro de la Cal. Fuentes de la plantilla indican que “no obstante, si las cosas marchan y hay garantías, no habrá ningún problema”. Aún así, en la jornada de ayer explicaban que sería importante algún “gesto tangible” más allá de las palabras (ha asegurado que su intención es la de mantener la plantilla al completo). Este podría pasar, por ejemplo, por el inmediato abono de los casi dos meses de salario que la compañía adeuda a los empleados, “que están acudiendo a trabajar todos los días, a pesar de los impagos”, o por que se aclarase todo lo relativo tanto a la paralización del ERE que estaba en marcha como a la compra. Representantes del comité de empresa explicaron que habían sido llamados a una reunión a última hora de la tarde de este martes por el nuevo propietario.

¿Operación cerrada?

Lo cierto es que, de momento, la empresa apenas ha facilitado información acerca del proceso de venta: ni en cuánto se ha producido ni qué parte de la abultada deuda del grupo (solo en Isidro 1952 sobrepasa los 25 millones de euros) asumirá el nuevo propietario. Este martes, fuentes de los acreedores institucionales de la compañía indicaban a este medio que la operación «aún no está cerrada».

Y es que, en una empresa como Isidro de la Cal, el traspaso cobra mayor relevancia, si cabe, teniendo en cuenta que, a lo largo de los años, ha recibido numerosas inyecciones de capital no solo de entidades bancarias (en este caso Abanca y Santander), sino también públicas. Xunta (que aportó casi 10 millones a través de Xesgalicia), ICO y Sepi, la dueña de Navantia, concedieron préstamos a la empresa que hace ahora justo un año se posicionaba en el radar de compra del fondo Sherpa Capital

Sanbrandan y la plantilla guardan silencio

Pero la de Isidro de la Cal no es la única operación que parece tener entre manos García Martín. El empresario asegura que, en estos momentos, se encuentra cercano a cerrar la compra de Ipasa, grupo alimentario ubicado en el polígono de Agrela y que cuenta con las famosas panaderías Sanbradan. Todo estaría listo, a falta de que se termine de realizar una due diligence, auditoría externa que se suele realizar en los procesos de compra-venta. 

No obstante, desde Ipasa guardan silencio sobre la posible operación, lo mismo que la representación sindical del grupo, que recientemente comentaba que «si bien en su momento se habló de la posibilidad de la compra, no se ha vuelto a tocar el tema». Distintas fuentes indicaron a este medio que uno de los principales problemas a la hora de cerrar un hipotético acuerdo es que Ipasa cuenta con un accionariado muy atomizado, con numerosos socios a los que habría que poner de acuerdo.

Con todas estas incógnitas sobre la mesa, de cerrarse definitivamente la operación de Isidro de la Cal y de Ipasa, y después de adquirir Feca-Neón, el empresario coruñés gestionaría un grupo que sumaría casi 500 empleados y un negocio de 80 millones de euros. El último ejercicio que presentaron cuentas ante el Registro Mercantil, el 2017, Feca-Neón e Isidro 1952 presentaban una cifra de negocio de 200.000 euros y 56 millones respectivamente, mientras que Ipasa alcanzaba en 2018 un volumen de ventas récord de casi 20 millones de euros.

Juicio

En el año 2003, el nombre de García Martín estaba presente en los periódicos de la época, aunque por cuestiones bien distintas a las actuales. Aquel año estuvo procesado por estafa y delitos contra los trabajadores. El fiscal del Juzgado de Instrucción número 5 de Santiago llegó a solicitar un total de 11 años de prisión. Según el relato en medios, en 2002 montó una lujosa oficina en el polígono del Tambre como supuesta sede central de una ficticia entidad bancaria denominada A.C. Bank. El fiscal lo acusó de estafar a todos los proveedores con los que había contactado para realizar las obras del local. Aunque su ilegal actividad fue desmantelada rápidamente por la Policía, ya había conseguido, según el fiscal, convencer a dos clientes para realizar estudios sobre créditos bancarios, recibiendo a cambio distintas cantidades de dinero.

Según la crónica de La Voz publicada en el verano de 2003, el empresario, por su parte, declaró que «nunca pensó en hacer una estafa, sino en buscar la viabilidad del negocio». Indicó que su objetivo era actuar como intermediario financiero y no montar una oficina bancaria. Quería captar clientes y negociar operaciones con un banco. A los clientes les conseguiría una rebaja en los intereses y él, a cambio, se llevaría una comisión. También comentó que la identidad falsa empleada en el negocio era un «recurso temporal» con el que trataba de ganar la confianza del banco. En cuanto a deudas con proveedores, aseguró ante la Sala que cuando fue detenido, en octubre de 2002, «aun no había vencido» ni un solo pago.

 

 

 

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