La patronal textil de Portugal: “El modelo que inventó Zara nos salvó”

El nuevo presidente de la Asociación Textil lusa se alegra de estar “a 200 kilómetros de A Coruña” y reconoce el daño por la caída de contratos con Inditex

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Entre finales de 2018 y comienzos del nuevo año, la industria textil del norte de Portugal estaba en plena crisis por el desvío de pedidos de Inditex hacia otros territorios, fundamentalmente hacia Marruecos y Turquía. La red de proveedores de la multinacional de Amancio Ortega en el país vecino incluye más de un millar de fábricas asociadas a los procesos productivos de las 165 empresas a las que la compañía compró ropa el año pasado. El impacto fue tan significativo, sobre todo en el Vale do Ave –entre Braga y Oporto—que el propio Gobierno luso pidió abrir un diálogo con la dueña de Zara con el objetivo de mitigar el golpe.

En un contexto de exportaciones a la baja y con un ojo puesto en la multinacional gallega, en agosto de este año se produjo el relevo en la presidencia de la principal patronal del sector, la Associação Têxtil e Vestuário (ATP), integrada en el Consejo Intertextil europeo (Euratex). El nuevo responsable de la agrupación empresarial, Mário Jorge Machado, reconoció las notables consecuencias que tiene en el sector los movimientos en la red de abastecimiento de Inditex, pero también que el modelo fast fashion que abanderó la compañía contribuyó decisivamente a salvar la industria portuguesa.

La ventaja de vivir a 200 kilómetros de A Coruña

En declaraciones al medio luso Expresso, Machado, aseguró que “la importancia de Zara en los encargos de las textiles nacionales está fuera de duda”. “Lo que ayudó a salvar nuestra industria fue el modelo inventado por Amancio Ortega, pues la velocidad obliga a la proximidad. Cuando el plazo de creación de una pieza y su llegada a la tienda es de tres o cuatro semanas, es mucho mejor estar a 200 kilómetros de A Coruña”, sentenció el empresario, que dirige la histórica firma Adalberto Estampados.

El nuevo presidente de ATP, prolijo en entrevistas tras acceder al cargo, consideró que la caída de las exportaciones de un 1,6% hasta junio en la industria textil lusa no tendrá continuidad y la actividad se normalizará durante el segundo semestre del año. “El corte en los encargos de Inditex causó un bajón relevante”, concedió en declaraciones a Jornal de Negocios, si bien aboga por no dramatizar e instigar planes de salvación.

“Uso muchas veces la metáfora de las batallas: la industria textil portuguesa tiene que correr a campo abierto, no en trincheras ni bunkers. Está expuesta a la concurrencia internacional sin barreras de protección, por lo que necesita regenerarse de una forma continua a través de la innovación, el diseño y la adaptación al consumidor”, señaló.  

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