Silencio de FCC y ACS dos semanas después del derrumbe del viaducto de la A-6

El grupo de Florentino Pérez no ha valorado por el momento la caída de la estructura ni tampoco FCC, constructora del viaducto, pese a las peticiones de este medio; el Gobierno anuncia un plan de desvíos para agilizar el acceso de vehículos a Galicia

Parte del viaducto de O Castro se desplomó el pasado 7 de junio / EFE

Parte del viaducto de O Castro se desplomó el pasado 7 de junio / EFE

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El Gobierno presentará el próximo jueves un plan de desvíos para agilizar la circulación de vehículos que acceden a Galicia por la A-6, la vía afectada por el derrumbe parcial del viaducto de O Castro, que perdió una sección el pasado 7 de junio y volvió a colapsar a la semana siguiente, con la caída de un segundo vano. En este periodo, las empresas que se encargaron de las obras, una UTE formada por FCC y OCP Construcciones –germen de la actual ACS— se han mantenido en un escrupuloso segundo plano, sin emitir valoración alguna sobre el desfallecimiento de una estructura que entró en servicio hace poco más de dos décadas.

La alianza conformada por FFC (33%), FFC Construcciones (33%) y la empresa de Florentino Pérez (33%) se adjudicó los 8,1 quilómetros del tramo Castro Lamas – Noceda en 1997, con Arias Salgado ejerciendo como ministro de Fomento del primer Gobierno de José María Aznar. Las obras comprendían dos túneles y cuatro viaductos, entre los que estaba el de O Castro, con 585 metros de longitud, para acceder desde la ladera derecha del río Lamas a los túneles de Pedrafita, puerta de entrada a Galicia a través de la montaña.

Este medio contactó el miércoles y el jueves con FCC, la empresa que construyó el viaducto, para conocer su valoración sobre la situación de la infraestructura sin obtener por el momento respuesta. Tampoco se conocen declaraciones públicas al respecto de la compañía de las hermanas Koplowitz –ahora controlada por el mexicano Carlos Slim–, ni de ACS, que tampoco pudo responder de inmediato a Economía Digital Galicia este jueves. Las cotizadas, que desarrollaron el tramo en base al proyecto de Euroestudios, Fernández Casado y Geoconsult, se han mantenido en silencio mientras los técnicos del Ministerio de Transportes tratan de averiguar qué provocó el colapso del puente, condenado ahora también al derribo del tablero que continúa en pie.

Alicia Koplowtiz, Florentino Pérez y Esther Koplowitz
Alicia Koplowtiz, Florentino Pérez y Esther Koplowitz / EFE

El BNG apunta a la responsabilidad de las empresas

Las constructoras se han pronunciado a pesar de que el BNG, a través de su portavoz nacional, Ana Pontón, y de su diputado en el Congreso, Néstor Rego, han puesto el foco sobre ellas en varias ocasiones. Rego, de hecho, volvió a pedir esta semana una auditoría completa del tramo para garantizar su seguridad, así como de los viaductos que se construyeron con la misma técnica, como los de A Valenzá o Allariz. Criticó además una presunta «ocultación» del Gobierno de la información sobre la obra y las empresas contratistas, señalando que el ahorro de materiales puede estar detrás de los defectos en la construcción del puente que habrían desembocado en su caída.

La obra se adjudicó por 91,6 millones, aunque hubo revisiones de precios que elevaron el importe, y se puso en servicio en julio de 2001, siendo uno de los últimos pasos para completar la Autovía del Noroeste, lo que sucedería al año siguiente. FCC y ACS construyeron otros tres viaductos: Río Lamas, inmediatamente anterior al de Castro en dirección Galicia; Ferreiras y Espiñedo.

Xunta y Gobierno diseñan alternativas al viaducto

El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, confirmó que el Ejecutivo presentará el próximo jueves un plan de movilidad para el acceso a la comunidad por la A-6 con el que pretende buscar alternativas al viaducto que agilicen el tráfico.  El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Xavier Flores, mantendrá un encuentro con la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y con la consejera de Movilidad y Transformación Digital de la Junta de Castilla y León, María González, para trasladarles el plan de desvíos.

La Xunta, por su parte, ha lanzado tres propuestas para salvar el cortocircuito de la A-6. Una de ellas es la construcción de un ramal que conecte la autovía con la N-VI, de modo que se pueda volver a la vía de alta capacidad tras pasar el viaducto y antes de los túneles de Pedrafita. Estima un coste de 1,46 millones y un periodo de ejecución de tres meses.

La segunda solución costaría apenas 150.000 euros ya que emplearía carreteras ya existentes y consistiría en habilitar una variante de Pedrafita para que los transportes especiales circulen por ella y no atascar la N-VI en caso de avería. En este caso se desaprovecharía el paso por los túneles.

La tercera opción diseñada por la Consellería implicaría habilitar en doble sentido de circulación el ramal de salida de la A-6 en sentido Galicia, de modo que los vehículos se puedan reincorporar a la autovía antes de los túneles de Pedrafita. El coste, según Infraestruturas, sería «muy pequeño» y «prácticamente se podría hacer con medios de la conservación de carreteras».

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