Tafisa culmina una reducción de capital para tapar un agujero de 84 millones

La maderera del grupo Sonae, con plantas en Betanzos y Ponte Caldelas, aplicó tres ERE en Galicia que afectaron a 141 trabajadores

No hay maderera en Galicia que haya evitado los dolores de cabeza provocados por la crisis económica y el consiguiente descenso en su facturación. Le sucedió a Finsa, el primer grupo maderero gallego, y también a las plantas gallegas de Tafisa, a pesar de acomodarse sobre el colchón económico del gigante portugués Sonae.

La compañía lleva todo el año intentando ajustar los números de su negocio del tablero en España y Portugal, agrupado bajo el paraguas de Tableros de Fibras S.A, después de cerrar el ejercicio de 2012 con pérdidas de 84,4 millones, que se sumaron a las de un año antes, por valor de 48,7 millones.

Tras aplicar regulaciones de empleo en sus dos plantas gallegas, en Betanzos y Ponte Caldelas (Pontevedra), y echar el cierre en la fábrica de Solsona (Lleida), Tafisa ha activado una doble operación para cubrir pérdidas y recapitalizarse que ha tomado forma al filo del cambio de año.

Reducir capital, ampliar capital

Sonae, que reconocía en su balance anual la necesidad de ajustar su negocio del tablero en Portugal y España mediante “la concentración de la producción» en las fábricas más eficientes, realizó un doble movimiento. En la junta general de accionistas del pasado junio decidió activar una reducción de capital de 70 millones para enjugar pérdidas y, posteriormente, realizar el movimiento contrario, con una ampliación de 16 millones de euros.

Esta operación implica que las acciones de la compañía se substituyan por nuevos títulos de un valor inferior, pasando de los 0,13 euros a 0,01 euros, un proceso que se desarrollará hasta finales de marzo, según consta en el Registro Mercantil. Posteriormente, la empresa acometerá el aumento de capital con la emisión de nuevas acciones con un valor nominal de 1 euro.

Impacto en Galicia

Sonae Industria controla a través de Tafisa cuatro plantas en España –además de ocho delegaciones comerciales– y otras siete en Portugal, que suponen su principal quebradero de cabeza. La compañía atribuye en su balance de resultados a las dificultades en el mercado ibérico las pérdidas registradas, aunque también posee fábricas en Canadá y África del Sur.

Los malos resultados provocaron en Galicia la aplicación de tres Expedientes de Regulación Temporal (ERTE), dos en la planta pontevedresa y otro en Betanzos, que afectaron a 141 trabajadores. En Ponte Caldelas, de hecho, todavía está vigente el último, según informa Sonae.

La compañía está aplicando esta medida cuando la fábrica no obtiene suficiente carga de trabajo para ocupar a toda la plantilla. En los sindicatos, sin embargo, matizan algunas decisiones. Critican, por ejemplo, que la fábrica de Betanzos recurra a empresas de trabajo temporal para incorporar a trabajadores cuando consigue un nuevo encargo, según informa CC.OO.

La planta de Betanzos entra en pérdidas

A diferencia de la planta de Ponte Caldelas, integrada en Tableros de Fibras, la fábrica betanceira pertenece a una sociedad domiciliada en Madrid, Tafiber, que tiene como socio único a Tafisa. Contaba, a cierre de 2012, con 73 trabajadores, siete menos que un año antes, dedicados a la fabricación, transformación y venta de tableros de fibras.

En el ejercicio de 2012, Tafiber entró en pérdidas al presentar un resultado negativo de 1.005.898 euros, frente a las ganancias del año anterior, de 1,9 millones. La cifra de negocio también se redujo de los 17 millones de 2011 a 15,8.

Es la misma tendencia que ha seguido Tafisa, a pesar del mayor número de plantas, y en general, casi toda la industria española del tablero, lastrada por la caída de la construcción y el bajón en el consumo europeo. Los últimos datos de la Federación Europea del Panel, sin ir más lejos, marcaron un descenso del 5,5% (28,7 millones de metros cúbicos) en la producción de tableros en Europa en 2012 (en 2007, en el inicio de la crisis, era de 37,8 millones de metros cúbicos).

En este escenario, Tafisa experimentó un descenso en su facturación, desde los 26,6 millones de 2011 a 20,5 al año siguiente, lo que, entre otros factores, provocó un incremento de los números rojos en la cuenta de resultados, 48,7 millones en 2011 y casi el doble al cierre del siguiente ejercicio, 84,4 millones.

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