Arias se alió con seis consejeros del Popular para tumbar a Ángel Ron

El presidente de la Fundación Barrié se alineó con el mexicano Antonio del Valle y pidió a Ron junto a otros seis consejeros que se fuera

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Además de analizar las causas del colapso de Banco Popular, los peritos del Banco de España han sacado a la luz con su informe el enfrentamiento en la cúpula de la entidad que acabaría con el cese de Ángel Ron y el aterrizaje de Emilio Saracho en la presidencia. En ese choque, como explicó este medio días después de la caída de Ron, José María Arias, presidente de la Fundación Barrié, jugó un destacado papel en el sector crítico, alineándose con la postura del empresario mexicano Antonio del Valle, el más beligerante del núcleo duro de la entidad.

Las actas del consejo desvelan que, ya desde agosto de 2016, sin tiempo apenas para digerir la polémica ampliación de capital y el cese del consejero delegado Francisco Gómez, Antonio del Valle pidió a la entonces consejera coordinadora y presidenta del comité de nombramientos, Reyes Calderón, que iniciara el proceso de sucesión de Ángel Ron, que llegaría totalmente derrotado al otoño de ese año, ofreciéndose para un relevo ordenado a la vez que amenazaba con dimitir ante el atasco existente en el consejo de administración.

Las hostilidades se iniciaron en México

La ofensiva contra Ron, ya rastreable en las críticas de Antonio del Valle y José María Arias a la ampliación de capital, comienza su fase final en septiembre, con los títulos del banco cayendo con fuerza y sufriendo el ataque de los cortos. El empresario mexicano, ahora envuelto en un sinfín de demandas para intentar recuperar su dinero, había naufragado en su primera tentativa contra Ron por no acreditar el respaldo de otros consejeros, pero buscó apoyos. En septiembre sumó a Françoise Martin, de Credit Mutuel, y en octubre se reunió con el entonces presidente del Popular para pedirle que se apartara.

Maniobró bien Ángel Ron, que viajó hasta México y pactó con el consejero más crítico con su gestión realizar cambios en el consejo de administración, pero no tocar la presidencia. No sirvió de nada. Días antes de la reunión para acometer los relevos de consejeros, prevista para el 25 de octubre, Del Valle anunció que rompía el acuerdo verbal, solicitando iniciar ya el relevo de Ángel Ron.

¿Qué había cambiado? La coordinadora Reyes Calderón lo descubrió a golpe de teléfono. Sondeó a José María Arias, a Françoise Martin, a Vicente Tardío y a Jaime Ruiz. Todos los consejeros le dijeron que querían la salida del presidente. No era algo tan sorprendente para el presidente de la Fundación Barrié, pues ya se había mostrado especialmente crítico con la ampliación de capital, lamentando el duro golpe que suponía por la dilución de capital de los accionistas que se sumaba al declive bursátil del banco. La Fundación Barrié tenía dos principales fuentes de ingresos, los dividendos del Popular y los alquileres que cobraba al propio banco y que ahora le paga Santander. Cuando la entidad cayó, perdió la mitad de su patrimonio

Arias y los consejeros críticos se reúnen con Ron

Al grupo de Arias se sumarían después la consejera Helena Revoredo, José Ramón Estévez y, finalmente, la propia Reyes Calderón. Un grupo formado por José María Arias, Tardío, Martin, y Calderón se reunieron con Ron a finales de octubre para explicarle que el 58% de los consejeros no ejecutivos querían un relevo en la presidencia.

El presidente de la Fundación Barrié y un grupo de seis consejeros, todos partidarios del cese de Ángel Ron, se reunieron en varias ocasiones con el presidente. Arias se preocupó de dejar constancia en las actas:

“José María Arias expone que él y los consejeros Tardío, Revoredo, Esteve, Calderón, Ruiz y Martin han actuado con transparencia, reuniéndose con el Presidente para tratar su sucesión en reiteradas ocasiones, y que el presidente manifestó que él no iba a ser obstáculo a la sucesión y que como el número de consejeros que habían perdido la confianza en él era tan significativo no era necesario que el asunto se discutiera de forma controvertida en una sesión del Consejo. Por ello, duda que los restantes consejeros se hayan enterado de este proceso en las últimas cuarenta y ocho horas”, decía para defenderse de las críticas del resto de consejeros por haber activado la sucesión a sus espaldas. Jorge Oroviogoicoechea o Ana María Molins censuraron los movimientos de sus compañeros de cónclave para derrocar al presidente.

En una tensa reunión de la comisión de nombramientos el 28 de noviembre, a la que se invitó a todos los consejeros, Ángel Ron quedó sentenciado sin que supiera el Popular cuál era el plan tras su relevo y con la remuneración de Emilio Saracho pendiente de acordar. 

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