Ana Pontón: la transición de la UPG hasta hacer grande al BNG

Ana Pontón, líder de la oposición a Feijóo, ejemplifica la 'evolución' de la UPG, formación hegemónica en el Bloque, desde la crisis de la asamblea de Amio

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El BNG hizo historia el pasado domingo. Aunque su candidata, Ana Pontón, no se ha convertido en presidenta de la Xunta, como proclamaba en campaña, sí ha conseguido llevar a los nacionalistas gallegos a su techo histórico en el Parlamento gallego, con 19 diputados y el 23,7% de los votos emitidos. La de Sarria ha conseguido superar el tope que la formación logró en 1997 con Xosé Manuel Beiras al frente, un político que les haría un ‘roto’ en toda regla en el año 2012, cuando la corriente que lideraba por aquel entonces, Encontro Irmandiño, abandonó el partido para luego fundar Anova, formación que junto con la Esquerda Unida de Yolanda Díaz desplazaría al Bloque en el Parlamento gallego y lograría 9 escaños en las autonómicas celebradas ese año. Beiras se marchó, junto a los integrantes otras corrientes, entre críticas a la UPG, la Unión do Povo Galego, el partido hegemónico del Bloque. Los que se fueron acusaban a la formación de ser «un atranco» para el crecimiento del partido.

Fue precisamente a partir de la ruptura de la ya famosa asamblea de Amio y, posteriormente, del nacimiento de las mareas y el denominado espacio rupturista cuando el BNG comenzó una larga travesía por el desierto. En las autonómicas de 2016 –cita en la que Pontón ya fue candidata–, la formación se quedó con 6 asientos en el Pazo do Hórreo frente al empuje de En Marea, paraguas que aglutinaba a Unidas Podemos, Anova y las mareas municipalistas y que tenía como cabeza de cartel al magistrado lucense Luís Villares. Ahora, más de una década después de que perdiese la Xunta de Galicia (en 2005 entró en ella en un bipartito con el PSOE), el Bloque vuelve a estar al alza, como fuerza referencial de la izquierda gallega y aglutinando a todo el electorado nacionalista. Y lo hace, curiosamente, con una candidata que pertenece a la UPG —la corriente que, para muchos, fue causante de su caída años atrás y que, en estos momentos, sigue controlando la formación– y con Néstor Rego, su secretario general, como diputado en Madrid.

¿Una campaña de ‘blanqueo’?

En campaña, y ante el avance que las encuestas pronosticaban, Feijóo cargó contra el Bloque. «Los puentes son más útiles que los muros«, dijo el líder de los populares gallegos en un encuentro digital con Carlos Iturgáiz, a la vez que lamentaba que el BNG de Pontón hubiera pasado «de tener como socios nacionalistas al PNV y a CIU para aliarse con Bildu y Esquerra«. Los populares acusaban a la candidta de presentarse ante la población ‘blanqueando’ sus principios. Sea como fuere, lo que es cierto es que la, ahora, líder de la oposición gallega, ha logrado vender una cara mucho más amable o renovada de la que anteriormente transmitió el Bloque y, especialmente, la UPG. Con una campaña casi más centrada en su figura que en las siglas (algo que también hizo Feijóo), apostó por presentarse como una política sólida y de recorrido que ponía a Galicia en el centro. El BNG habló más de recontrucción económica y social que de soberanismo o de ideologías, aunque eso no significa que no estos no sigan ahí.

Y es que si bien Pontón es definida ahora por muchos medios como «la cara amable del nacionalismo», desde la juventud milita en la históricamente considerada ‘ala dura’ de BNG, del que es diputada en el Parlamento gallego desde 2004. La Unión do Povo Galego se fundó en el año 64 y se define, según sus estatutos, como «un partido comunista patriótico, que asume la lucha de liberación nacional, en la perspectiva de la instauración de un Estado gallego democrático y popular, para acabar con la colonización que padece el país, como paso indispensable para la construcción del socialismo».

Congreso de la UPG

Congreso de la UPG

«Todo evoluciona»

¿Cómo explicar este cambio de estrategia? Militantes y exmilitantes del BNG convienen en que, si bien la Unión do Povo Galego mantiene su ortodoxia original, ha sido cambiando con los tiempos, y eso es algo que se ha notado en esta campaña. «Sigue siendo el motor del BNG, pero es cierto que la imagen ha ido evolucionando desde los tiempos de Paco Rodríguez o de Bautista Álvarez por algo tan sencillo como es el propio relevo generacional. Se ve muy claramente en que antes era una formación muy masculinizada que, ahora, tiene referente femeninos fuertes, como es la propia Ana. Esa ha sido una de las claves de la campaña del Bloque, que ha apelado al nacionalismo y a la importancia de una política desde Galicia y para Galicia, pero en la que el feminismo ha jugado también un papel muy importante«, opinan las voces consultadas por este medio.

«En verdad, no se puede decir que se haya escondido a la UPG, porque la realidad es que, por primera vez, el Bloque consigue un resultado histórico con una candidata a la Xunta que es militante«, dicen, rememorando a otros candidatos al Gobierno autonómico que no formaban parte de la corriente mayoritaria en el Bloque, como, además de Beiras, Anxo Quintana, que llegó a ser vicepresidente de la Xunta y Xavier Vence.

¿Pero, cuál es el peso de la UPG?

Al margen de Pontón, entre los 19 diputados del BNG en el próximo Parlamento de Galicia, existen muchos miembros de la UPG o próximos. Desde Montse Prado a Iria Carreira, Paulo Ríos o Rosana Pérez, pero también independientes como Mini Rivas o Manuel Lourenzo. La nueva configuración electoral también lleva al Parlamento a miembros de la CIG como Ramón Fernández o Carme Aira. «Pero también hay otros diputados que son ejemplo que el ‘nuevo’ BNG de una diputada veterana, como es Ana Pontón, ha apostado por integrar a las distintas sensibilidades«, comenta una fuente del partido. Se refiere a Alexandra Fernández, número 3 del BNG por la provincia de Pontevedra que recaló en el Bloque tras dejar Anova por apoyar en Madrid unos presupuestos estatales que consideraba lesivos para Galicia. «Había quien mostró reticencias, pero fue en un puesto destacado de la lista», explica. Noa Présas, diputada ya la pasada legislatura y número uno del BNG por Ourense tampoco pertenece a la corriente hegemónica, sino a Movemento Galego ao Socialismo. Ocurre lo mismo con Iago Tabarés, del PNG y político de amplia trayectoria que abandonó el partido en 2012 para regresar en 2017. «Una de la claves de este BNG, que ha logrado su techo histórico, ha sido que se ha ensanchado, lo que le ha valido para recuperar una parte importante del voto que se fue al espacio de las mareas», apunta.

Así se configura en BNG que este 2020 ha logrado tres hitos. Además del sorpasso y la cifra histórica electoral, también ha logrado transmitir una imagen de renovación con muchos de sus cargos de siempre.

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