La encrucijada de Portugal: cómo combatir la inflación cuando hay salarios bajos

El Ejecutivo socialista luso rechaza impulsar aumentos salariales “para no alimentar la espiral inflacionista”, aunque los expertos alertan del grave riesgo en el país vecino

Ignacio Sánchez Galán y Antonio Costa / Iberdrola

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Megasa, Abanca, Inditex, Zendal, Altia… Son muchas las grandes empresas gallegas con intereses en el país vecino. Un territorio, el portugués que atraviesa ahora su particular encrucijada, que deriva en cómo combatir la inflación en un país con un problema estructural que no ha conseguido superar desde hace años: los bajos salarios.

El país, en el que también se ha instalado empresas que han abandonado Galicia, como es el caso de Siemens Gamesa, registra el mayor incremento de precios desde 1993 (un 7,2% en abril). Con todo, el Gobierno socialista luso ha rechazado impulsar aumentos salariales “para no alimentar la espiral inflacionista”.

«Cautela» con los aumentos salariales

Con el mayor incremento de precios desde 1993 (un 7,2% en abril), el primer ministro António Costa ha sido claro: «No nos vamos a embarcar en la ilusión de que se aumenta el poder de compra y se combate la inflación sólo con subidas de ingresos».

El socialista ha encontrado un aliado en Mário Centeno, quien fue su ministro de Finanzas y ahora ocupa el cargo de gobernador del Banco de Portugal, y que esta misma semana pidió «cautela» con los aumentos salariales.

Sin embargo, los expertos consultados por la Agencia Efe coinciden en que esta política derivará en una pérdida real del poder de compra de los portugueses en un país, aseguran, donde los salarios ya son bajos

En España se gana un 50% más

La remuneración bruta mensual media por trabajador ascendió a 1.361 euros en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) luso.

En Europa, Portugal se aleja de sus vecinos del flanco occidental y se alinea cada vez más con el Este: es el sexto país de los Veintisiete con el salario medio mensual más bajo, solo por delante de Letonia, Polonia, Lituania, Hungría, Rumanía y Bulgaria, apunta Eurostat.

«En Irlanda se gana el doble y en España un 50% más», se quejaba recientemente el banquero luso António Horta Osório en una conferencia, en la que calificó la situación como «dramática».

Salario mínimo

Portugal debería estar más próximo a países como España dado el nivel de interconexión de las dos economías, sostiene a Efe el economista José Reis, de la Universidad de Coimbra, que explica que «los salarios medios son bajos comparativamente con otros países y se han ido aproximando cada vez más al salario mínimo».

Desde que asumieron el Gobierno, los socialistas han apostado por una política de mejoras del salario mínimo, que ha pasado de 505 a 705 euros entre 2015 y 2022, casi un 40% de subida.

Pero ese incremento no se ha trasladado al resto de remuneraciones y, según un reciente informe del INE, en los últimos siete años el sueldo medio apenas creció un 16%.

«El Gobierno ha tenido mucho éxito en el aumento del salario mínimo, pero se crea un desequilibrio cada vez mayor con el salario medio«, coincide el economista Pedro Martins, de la Nova SBE, que considera que es una estrategia «muy incompleta» y es necesario aumentar la productividad y mejorar los servicios públicos.

La amenaza de la inflación

Alerta además de que la situación se agravará si los sueldos no acompañan a la inflación: «Va a haber una pérdida de rendimiento real de los trabajadores«, asegura.

Y las medidas anunciadas por el Gobierno para combatir la inflación, como rebaja fiscal en los combustibles, «no son suficientes» para evitar la pérdida salarial, avisa por su parte José Reis. «En términos reales los salarios en Portugal van a quedar todavía más bajos que en otros países», advierte.

El semanario luso Expresso alertaba esta semana de que la caída real de los salarios será este año la mayor registrada en Portugal desde los tiempos de la troika (2011-2014).

Funcionariado

Quienes ya han empezado a notar el impacto son los funcionarios, cuyos salarios se actualizaron en 2021 un 0,9 %, cuatro décimas por debajo de la inflación.

«Es otro año en el que los trabajadores de la Administración Pública van a perder con esta política de bajos salarios y contención salarial», lamenta el secretario general de la Federación de los Sindicatos de la Administración Pública (FESAP), José Abraão.

El líder del sindicato, adscrito a la UGT -de tendencia socialista-, advierte que los trabajadores «tienen dificultades en entender» por qué el Gobierno no apuesta ya por subir los salarios, como afirma que es su voluntad en esta legislatura.

Economía Digital Galicia

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