Los furanchos solo podrán abrir tres meses al año
La Xunta regulará estos establecimientos para evitar la competencias desleal con la hostelería
El Gobierno gallego regulará, a través de un decreto que vio la luz en el Consello de la Xunta de este miércoles, la actividad de los ‘furanchos’ –establecimientos tradicionales en los que se vende el excedente de vino de la casa– para evitar que compitan deslealmente con los hosteleros. Entre los puntos más destacados destaca el hecho de que solo se podrá abrir durante tres meses al año.
Feijóo ha subrayado la importancia de impedir la «competencia desleal» con la hostelería y la necesidad de asegurar que los productos que comercializan este tipo de locales ofrezcan al consumidor todas las «garantías» alimentarias.
También ha resaltado Feijóo que se trata de «una normativa propia» de Galicia en la que, tras «un amplio diálogo con el sector», se recogen «las singularidades y particularidades» de una «tradición rural» a «preservar» que «forma parte» de la «idiosincrasia» gallega.
«Nuestra apuesta es que puedan convivir con la hostelería», ha enfatizado Feijóo al hilo de ello, y ha agradecido la «colaboración de los furancheiros y la «flexibilidad» del sector de la hostelería para alcanzar el acuerdo base del decreto.
El vino, de barril
En cuanto a los requisitos que establece el citado texto, se establece que el vino que se sirve a los clientes “no puede estar embotellado”, sino que tiene que proceder directamente del barril.
Además, como ha señalado el mandatario, únicamente podrán ofrecer «un máximo de cinco tapas» de un «conjunto gastronómico interesante» que figura en el decreto.
La Xunta ha precisado que los propietarios de estos establecimientos habrán de elegir entre la tradicional tabla de embutidos y quesos, los pimientos de Padrón, oreja de cerdo y chorizo, zorza y lomo, costilla, huevos fritos, sardinas o jureles a la brasa, estómago de cerdo relleno y cocido de habas, tortilla de patatas y empanadas o empanadillas y croquetas.
Periodo de apertura
A renglón seguido, el presidente ha recordado que la base de los furanchos es la venta de los excedentes de su producción de vino, por lo que, para poder abrir, deberán hacer «las declaraciones obligatorias para el sector vitinícola».
Es por ello que sus propietarios deberán tener regulada la totalidad de su viñedo en el registro vitivinícola y estarán obligados a presentar «una declaración responsable» del cumplimiento de todos los requisitos.
Este extremo, en todo caso, será «objeto de comprobación» por parte del ayuntamiento en que se localice el establecimiento. De hecho, los ayuntamientos deberán crear un registro de estos locales para dar cuenta de ello a «los órganos competentes en materia de turismo, medio rural y sanidad».
Cuando presenten la documentación requerida para la apertura, los ‘furancheiros’ deberán también señalar el período en que trabajarán, que «no excederá los tres meses» entre el 1 de enero y el 30 de junio».