Los soberanistas de Unió se organizan contra Duran

Pretenden que el 'no' a la pregunta de la dirección, se transforme en un 'sí' a la independencia

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Josep Antoni Duran Lleida tiene sus cosas. Pero nadie le podrá discutir su habilidad política, aunque siempre hay un momento en la vida –la gran expresión que suele utilizar Xavier Trias– en el que la estrategia sale mal. Duran asume el riesgo, y, con la complicidad del secretario general de Unió, Ramon Espadaler, ha rizado el rizo. Este jueves clamó que está «harto» de que los independentistas se metan con él y con Unió, pero es que no deja de ponerles trabas. Tantas, que los propios dirigentes de Unió más identificados con la hoja de ruta independentista del President Artur Mas, han decidido combatirlo.

 

El grupo de nueve dirigentes del comité de gobierno de Unió, que lidera Antoni Castellà, secretario de Universidades del Govern, quiere plantarle cara. Y este jueves se reunieron en el Parlament para trazar la estrategia. La idea es hacer campaña por el ‘no’ a la pregunta que ha planteado Duran, y convertir ese ‘no’ en un sí a la independencia.

 

Se trata, según Castellà, de «una enmienda a la totalidad», al redactado de la pregunta, que interpelará a los militantes de Unió en una consulta interna el 14 de junio. Lo que pide Duran a las bases democristianas –unos 5.000 afiliados al partido—es si están a favor del «proceso», siempre que se respete la legalidad, se acuerde con el Gobierno central, y haya la seguridad de que Cataluña no se quedará fuera de la Unión Europa. Si se contesta que no, es que no se quiere apoyar el proceso. Si se contesta que sí, se está con Duran en una posición que es pasiva, que invita a esperar y negociar con el Gobierno, y que es indicativa de que el líder de Unió lo que quiere es poder actuar a partir del 27 de septiembre, pero no antes. Es decir, quiere preparar a Unió para un escenario de acuerdos obligados, de pactos, conociendo que el Parlament quedará muy fragmentado.

 

Pero para los dirigentes soberanistas de Unió esa consulta es una auténtica trampa. Lo curioso, para la actual dirección, es que quien apoya las tesis soberanistas, además del grupo que lidera Castellà, es un conjunto de personalidades históricas, como Joan Rigol o Núria de Gispert, que, de hecho, están al final de sus carreras políticas, y que siempre vivieron con gran comodidad bajo la ambigüedad del pujolismo. «Es tremendo la posición de esos dirigentes», asegura una fuente de la dirección.

 

El problema para el conjunto del partido es que pase lo que pase en la consulta, la división será evidente, y podría obligar a un congreso extraordinario, a muy poco tiempo ya de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre.

 

El socio de Unió, Convergència, que asiste con incredulidad a la situación de Unió, formula el gran inconveniente que los propios dirigentes soberanistas de Unió también perciben: ¿quién interpretará el resultado de la consulta? La respuesta es clara: Duran. El líder de Unió formula la pregunta, hará campaña por el ‘sí, e interpretará el resultado como presidente del comité de gobierno.

 

A menos que acabe derrotado de forma contundente, y se le prepare una salida, como algunos dirigentes llevan considerando desde hace meses.

 

¿Y el más perjudicado? Artur Mas, que no quiere decir lo que le parece la pregunta de Unió.

 

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