Piqué admite a miembros del Cercle que ni en Madrid ni en Barcelona le apoyan

Considera que las posiciones políticas se han radicalizado

El presidente del Cercle d’Economia, Josep Piqué, no vive sus mejores momentos. El miércoles organizó, en la sede del Cercle, un debate con el Colectivo Wilson, con economistas proclives a la independencia. Los asistentes, la gran mayoría socios del lobby empresarial, dejaron constancia de una cierta simpatía con las tesis de los ponentes. Y Piqué no estuvo cómodo.

Tanto es así, que cuando el economista Xavier Sala Martín se refirió a la Corona española, y desgranó todos los problemas de las instituciones españolas, Piqué musitó un improperio que los asistentes de las primeras filas pudieron leer en sus labios.

Tras el debate, y ya en una cena, Piqué manifestó a uno de los miembros de la Junta su estado de ánimo. Piqué le aseguró que deseaba dejar el Cercle, tal y como se comprometió al iniciar el mandato, y que las jornadas de Sitges de este año serán las últimas con él de presidente.

Pero dejó claro que no ha podido convencer a nadie. En Madrid, los documentos del Cercle, que buscan una tercera vía, de entendimiento entre Catalunya y España, con la petición de un sistema fiscal más acorde con las necesidades de Catalunya, no gustan y se considera a Piqué “un tibio”.

Y en Barcelona, los circulos nacionalistas no le perdonan sus responsabilidades como ministro del PP. Es decir, que no ha podido erigirse por encima de la directa confrontación política.

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