Quiebra el bufete Rofes, defensor de Rosillo y Romaní

La situación de crisis depara algunos episodios realmente curiosos. El bufete Rofes Abogados Asociados, de Barcelona, acaba de ser declarado en concurso de acreedores. El fallido tiene carácter de necesario, es decir, que no fue el propio despacho el que pidió el amparo judicial frente a sus acreedores, sino que uno de éstos solicitó al juez la declaración de quiebra.

El gabinete jurídico insolvente está domiciliado en la calle Diputació, cerca de paseo de Gràcia. Tiene de fundador, administrador y propietario único al penalista José Rofes Mandiolagaray, profesor de la Universidad de Barcelona. Rofes estuvo casado con la también abogada Isabel Galobardes, quien durante el pasado decenio fue directora general de Turisme y también protagonizó alguna hazaña en la política.

Rofes alcanzó notoriedad años atrás por su intervención en dos sonados casos judiciales: Banesto y la promotora inmobiliaria Kepro. En el primero, defendió a Arturo Romaní, lugarteniente de Mario Conde y responsable de la Corporación Banesto. Curiosamente, al pobre Romaní le cayeron más años de prisión que al mismísimo Conde, que era presidente de Grupo Banesto y máximo responsable del descalabro.

En Kepro, Rofes patrocinó a John Rosillo. Fue condenado en varias instancias y recurrió. Rofes no pudo evitar que finalmente el Tribunal Supremo le impusiera cinco años y seis meses de prisión por tres delitos fiscales cometidos en 1990 cuando era presidente de Kepro. Dos delitos por compra de terrenos en S’Agaró y un delito por compra terrenos en Diagonal Mar. Al conocer la sentencia, Rosillo se fugó a Panamá, donde años después falleció en extrañas circunstancias.

Rosillo conocía Panamá porque lo había visitado en compañía de Jordi Pujol Ferrusola. El tándem Rosillo-Pujol fue recibido con todos los honores por las autoridades de la república, que pusieron a su disposición un helicóptero oficial para que sobrevolara el país en busca de zonas aptas para las inversiones multimillonarias que prometían hacer allí.

La vida da muchas vueltas. Hoy, Rosillo ya no está en este mundo, el despacho de Rofes ha quebrado y a Pujol Ferrusola le persigue la Audiencia Nacional en busca de su fortuna oculta en paraísos fiscales.

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