Soler, el socio más listo de los que invirtieron en Spanair

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Con los fervores nacionalistas y empresariales que dieron lugar a la Spanair catalana algunos de los inversores olvidaron evaluar los riesgos que corrían con la inversión en la aerolínea. Sobre todo, aquellos procedentes de Femcat que constituyeron la sociedad Volcat como vehículo inversor para entrar en el capital. Cierto es que la mayoría de ellos no se tuvieron que rascar el bolsillo en el momento y obtuvieron con unas inmejorables condiciones créditos del Institut Català de Finances para poner el aproximadamente millón de euros que destinaron.

De todos ellos, que fueron unos pocos, sólo hubo uno de ellos que obtuvo un cierto retorno de su inversión. Se trata de Joan Manuel Soler, el propietario de Quadis, quien invirtió en Spanair pero obligó a que la sede central de la aerolínea se situará en un inmueble de su propiedad situado en la plaza Europa de L’Hospitalet.

Soler facturó a la empresa que participaba a razón de unos 20.000 euros mensuales de alquiler por los 3.800 metros cuadrados en tres plantas que arrendó a la compañía mientras estuvo instalada en ese inmueble. Incluso cobró durante el periodo de administración concursal. Spanair pasó de Palma de Mallorca a L’Hospitalet en septiembre de 2009 y allí permaneció hasta unos meses después de su concurso de acreedores y finalización de operaciones, en enero de 2012.

Economía Digital

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