Cataluña en rumbo de dos colisiones 

Olvídense de diálogos fraternos, la estrategia de permanencia en el poder elegida por Sánchez convierte automáticamente a los ojos de la comunidad internacional al país que acepta entrar en ese juego en un estado autocrático y a los delincuentes amnistiados en pobres víctimas

A pesar de las constantes declaraciones almibaradas del gobierno de España, de los partidos que lo componen y del siempre armonioso coro de palmeros mediáticos (no está pagado lo suyo) que les acompaña en sus conciertos, cualquier ciudadano con dos dedos de frente sabe perfectamente que lo que tenemos por delante en Cataluña, con unas elecciones de por medio, no va a ser precisamente el bello reencuentro que tratan de vendernos por tierra, mar y aire. 

Olvídense de armonías, paces sociales y diálogos fraternos, la estrategia de permanencia en el poder elegida por Pedro Sánchez basada ú-ni-ca-men-te en la compraventa de los siete votos que necesitaba para su investidura a cambio una amnistía de alta cocina, convierte automáticamente a los ojos de la comunidad internacional al país que acepta entrar en ese juego en un estado autocrático y a los delincuentes amnistiados en pobres víctimas de una siniestra opresión política y de una malvada persecución ideológica

Algo que además aboca a Cataluña a dos colisiones políticas de consecuencias imprevisibles. 

La primera una colisión interna, dentro del propio territorio catalán en el que todo el nacionalismo/independentismo gracias a la victoria simbólica Puigdemont con la ley de Amnistía, no tiene más remedio que sumarse a las tesis más maximalistas y rupturistas del fugado formando un único bloque que percuta contra el resto de Cataluña mediante la técnica de negar la catalanidad a cualquiera que no forme parte del mismo. Colisión asegurada. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS

La segunda, una colisión externa, de la llamada “centralidad catalana” que gracias a al ensanchamiento de la ventana de Overton propiciada por la ley de Amnistía se ha alejado en sus planteamientos y aspiraciones básicas del mainstream del resto del país, convirtiendo a Cataluña en una excepción en la que el eje de la independencia-unidad vuelve a sustituir al de derecha-izquierda. Colisión asegurada.. 

Dos colisiones que van a producir como resultado uno de los parlamentos catalanes más escorados y beligerantes a favor de la causa independentista a pesar de que todas las encuestas digan que esta opción es claramente minoritaria entre la ciudadanía por mor de la altísima movilización que va a propiciar la vuelta de Carles Puigdemont victorioso y con la amnistía en la mano. 

Porque como ya decía el personaje interpretado por Agustín González en la maravillosa película “Las Bicicletas son para el Verano” dirigida por Fernando Fernán-Gómez, con la amnistía, a Cataluña no ha llegado la paz, lo que ha llegado es la victoria. 

Y todo esto, por siete malditos votos. 

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