El DeLorean de Feijóo
La visita de Feijóo a Barcelona reabre viejas tensiones entre empresarios, Junts y el Gobierno en plena pugna política
Alberto Núñez Feijóo fue el viernes a Barcelona para dar una conferencia en la patronal, Fomento del Trabajo, y pareció que más un viaje en el tiempo, en el DeLLorean de “Regreso al Futuro” que una conferencia empresarial. Eso si, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, reaccionó de forma inmediata y organizó dos entrevistas 72 horas más tarde en medios de comunicación líderes en Cataluña para dar respuesta a Feijóo.
El líder del PP pidió a los empresarios, liderados por Josep Sánchez Llibre, ex portavoz adjunto de CIU en e Congreso de los Diputados y unos de los firmantes del Pacto del Majestic entre Aznar y Pujol, que permitió al primero convertirse en presidente del gobierno en 1996, que presionaran a Junts para que apoyen una moción de censura instrumental que permita convocar elecciones.
El presidente del PP recibió la respuesta inmediata del secretario general de Junts, Jordi Turull: “no pida ayuda a los empresarios, sino que les pida perdón”. Dicho de otro modo, un portazo en toda la cara. Sánchez también respondió sin dirigirse directamente a Feijóo y dijo a Jordi Basté y a Gemma Nierga que a los catalanes no les irá mejor con nadie que como les va con él.
Sobre el papel, la petición de Feijóo tiene sentido, la aritmética parlamentaria avala la demanda de ayuda del presidente del PP a los empresarios catalanes: la mayoría que permitió a Sánchez ser investido presidente en noviembre de 2023 sin Junts se queda en 171 escaños y la suma del PP, VOX, UPN y Junts alcanza los 178 votos, dos por encima de los necesarios para ganar una moción de censura.
Y aunque el papel ya se sabe que lo aguanta toda la realidad es que ni Fomento del Trabajo tiene hoy la influencia sobre Junts que tenía sobre CiU en 1996, cuando Pujol y Aznar firmaron un pacto en el hotel donde los convergentes celebraban sus victorias electorales, ni Junts hoy es el partido que era a finales del siglo XX. Es más, ni tan solo el PP, ni mucho menos, sus votantes en Cataluña son hoy los mismos que tenía en 1996. Entre entonces y ahora, primero Ciudadanos y luego VOX han derrotado en diversas ocasiones a los populares en Cataluña.
La patronal y Junts estuvieron alejados mucho tiempo dado que cuando Puigdemont declaró la independencia, unilateralmente, en octubre de 2017 desde la casa de los empresarios se recibió con alivio el decreto del gobierno Rajoy que permitía simplificar los trámites para desplazar las empresas de Cataluña a otros lugares de España. Desde el cuartel general de Puigdemont, sorprendidos por no contar con la adhesión inquebrantable de las empresas o su declaración ilegal de independencia, se creó la leyenda urbana de que Su Majestad el Rey Felipe VI llamó a los directivos de las empresas para forzarlas a salir de Cataluña, pero nada más lejos de la realidad, eran las empresas las que buscando seguridad jurídica y no quedar fuera de la zona euro rogaron a Rajoy que publicará un decreto exprés al que luego se acogieron todas las cotizadas catalanas menos una, Grifols, y otros miles de empresas.
La relación entre Fomento y Junts se retomó a partir de que los de Puigdemont se convirtieron en clave para formar el actual gobierno y aunque Sánchez Llibre, un mago de las relaciones pública, ha viajado tanto a Waterloo como al Sur de Francia para reunirse con el prófugo expresidente las cosas ya nunca han vuelto a ser como en el pasado.
Si bien es cierto que Junts a lo largo de la presente legislatura en algunas ocasiones ha sido fundamental para evitar la aprobación de medidas claramente anti empresariales como la reducción de jornada laboral o hacer decaer el recargo fiscal a las compañías energéticas no es menos verdad que la prioridad para los diputados de Junts no es el desarrollo económico de Cataluña o la defensa de sus empresas sino el retorno de Puigdemont a España sin riesgo de que sea detenido o encarcelado y por este motivo hace unas semanas cuando el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europeo hizo público un informe favorable a sus intereses no tuvieron reparo alguno en votar a favor del cierre de las centrales nucleares. Hoy Junts más que un partido político, es un lobby centrado en la defensa de los intereses judiciales de sus líderes.
Más allá del cambio en la relación entre Fomento y Junts, hoy más fría que hace 30 años, en los años 90 del siglo pasado eran decenas de miles los catalanes que en las elecciones autonómicas votaban por Pujol y en las elecciones generales optaban por la papeleta de Manuel Fraga primero y de José María Aznar después, pero los datos que ha publicado hace pocos días del Centro de Estudios de Opinión, el CIS catalán, demuestran que este voto dual ya no existe, y que la batalla del PP en Cataluña es evitar la fuga de voto a VOX que según es la misma encuesta volvería superar al PP en caso de elecciones autonómicas, como ya sucedió en 2021.
Este voto dual ya no existe, y que la batalla del PP en Cataluña es evitar la fuga de voto a VOX
Acudir hoy a Cataluña, como hizo hace pocos días Núñez Feijóo, a implorar el apoyo a Junts es peligroso para él y sus intereses electorales dado que muchos de sus votantes pueden llegar a la conclusión de que las cesiones que ha realizado Sánchez ante Puigdemont como la amnistía, a cambio de poder, también las podría hacer el líder del PP por el mismo motivo y eso lo único que hace en engordar el zurrón de votos de VOX.
Sánchez, por su parte, usa a Junts porque mientras se habla de su relación con Junts no se habla de cosas aún peores como las revelaciones de Ábalos sobre el papel de su esposa, el rescate de Air Europa.
En definitiva, Feijóo se toma en serio a Junts y Sánchez no, solo los usa a su interés. Y por una vez, sin que sirva de precedente, Sánchez va mejor encaminado y le tiene la matrícula tomada a Puigdemont.