Esos 200 tienen que salir de la cárcel

Ante la realidad de un Gobierno de España que acepta sin rechistar la colaboración de una EH Bildu que no condena explícitamente el pasado, ¿qué hay que hacer –citando al partido abertzale– para ejercer el “derecho a conocer la verdad y alcanzar la paz respecto a la violencia política del pasado”?

De la prensa “Tenemos a 200 dentro. Y esos 200 tienen que salir de la cárcel. Si para eso hay que votar los Presupuestos, pues los votaremos. Así de alto y claro os lo decimos (Declaraciones de Arnaldo Otegui el 18 de Octubre de 2021).

De la prensa: “Y si se conocen ahora los detalles de las obscenas conversaciones entre destacados miembros del Ministerio del Interior y del entorno de la organización terrorista es porque a alguien le interesa sacar de nuevo el comodín de ETA” (Miguel Ángel Idígoras: Democracia defectuosa. ECONOMÍA DIGITAL, 10/2/2022).

¡Presupuestos! ¡Presupuestos!

Conviene tomar nota de lo que afirman Eduardo Madina y Borja Sémper en su reciente libro titulado Todos los futuros perdidos (2021): “EH Bildu no cubrirá el camino que tendría que hacer mientras sea considerada como una formación tan normalizada y homologable que resulta determinante para la gobernabilidad del país”.

En otros términos: el cambio de estrategia de la izquierda abertzale no responde a razones éticas, ni al arrepentimiento por lo ocurrido en el País Vasco y el conjunto de España; responde a la necesidad de sobrevivir una vez derrotada ETA por la democracia.

De ahí, que EH Bildu se adapte a su manera a la realidad de la democracia apoyando la coalición Frankenstein formada por el PSOE y Unidas Podemos. Apoyo que ni el PSOE ni Unidas Podemos rechazan. ¡Presupuestos! ¡Presupuestos! ¿PSOE/Unidas Podemos y EH Bildu una agenda convergente? ¿Se está negociando la política penitenciaria? ¿Así se salda la deuda con las víctimas del terrorismo etarra?

Así se debilitan las instituciones del Estado, así se oculta y tergiversa la historia, y así desaparece cualquier estímulo en pro del reconocimiento del delito, la contrición y la colaboración con la Justicia.

Como lo demuestra el Programa Electoral 2020 de EH Bildu en el apartado “¡Defender!”

¿Qué defiende EH Bildu? Anoten: “Derecho a conocer la verdad y alcanzar la paz respecto a la violencia política del pasado… a disfrutar un futuro de convivencia democrática y normalización política… mucho por hacer… reconocer y reparar a todas las víctimas del conflicto político desde una perspectiva de igualdad… las y los presos políticos [han de] culminar el proceso de vuelta a casa… que las solicitudes que hagan las personas presas tengan consecuencias inmediatas”. ¿Entienden ahora las amicales conversaciones entre destacados miembros del Ministerio del Interior y del entorno abertzale?

EH Bildu brinda –lo mismo puede decirse de Frankenstein- un buen ejemplo, por decirlo a la manera de Peter Sloterdijk, de la transformación de la ideología en cinismo (Crítica de la razón cínica, 1989). Ya no se trata, por decirlo a la manera de Karl Marx, de “falsa consciencia”, sino de cinismo. Y como la respuesta insolente de Diógenes a todo ello no es aconsejable en el tema que nos ocupa, la mejor réplica es el ya citado libro de Eduardo Madina y Borja Sémper.

(Entre paréntesis. Titular de prensa para conocer mejor a EH Bildu: el exjefe de ETA David Pla se integra en la dirección de Sortu, formación integrada en EH Bildu.)

(Entre paréntesis. No se confundan: Maixabel es una película de Icíar Bollaín y los “encuentros restaurativos” son una mera iniciativa individual.)

De herencias, narrativas, silencios, olvidos e intereses

Ante la realidad de un Gobierno de España -¿presos por presupuestos?- que acepta sin rechistar la colaboración de una EH Bildu que no condena explícitamente el pasado, que juega a la confusión y tergiversación, que todavía homenajea y recibe a los presos, que no colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la investigación de crímenes pendientes de ser juzgados; ante esta realidad, ¿qué hay que hacer –citando a EH Bildu- para ejercer el “derecho a conocer la verdad y alcanzar la paz respecto a la violencia política del pasado”?

Eduardo Madina y Borja Sémper se preguntan qué hay que hacer para superar la herencia y la narrativa “de los asesinos, de los asesinados, de la indiferencia, de quienes dieron la cara, de quienes nunca miraron para otro lado, de quienes siempre miraron para otro lado”.

En una sociedad –continúan- que “ha normalizado el pasado terrorista a veces desde la memoria y a veces desde el olvido”, hay que aceptar “lo que sucedió desde la verdad”, para que “no se olvide”, para que “no vuelva a repetirse”, para que las “políticas de odio que rompen la convivencia sean derrotadas”. Concluyen: “si no construimos sobre estos cimientos, el edificio se resquebrajará”.

Sí que hubo culpables

La España que revisa el pasado de la Guerra Civil y la Transición, no puede pasar por alto -¿interés? ¿oportunismo? ¿electoralismo? ¿ceguera? ¿malicia?– la revisión de los diversos relatos existentes sobre el terrorismo de ETA para, como se decía antes, construir los cimientos de la verdad y la convivencia.

Para ello –siguiendo el discurso de Eduardo Madina y Borja Sémper-, es necesario saber y entender:

  • Que no existe un conflicto político de raíces históricas entre el País Vasco y España.
  • Que no se debe intimidar, ni amenazar, ni matar, ni volar por los aires coches o edificios, ni legitimar la violencia terrorista, ni recibir a terroristas como si fueran héroes,
  • Que hay que reconocer el daño causado, que quien renuncia a la violencia después de haberla defendido y practicado durante décadas no es un hombre/mujer de paz.
  • Que aducir que la culpa fue de todos equivale a decir que la culpa no fue de nadie,
  • Que los delitos sin resolver no pueden prescribir, que es inmoral que los victimarios se conviertan en víctimas,
  • Que ETA fue derrotada por la democracia, que no existe una ETA buena y una ETA mala y que ganaron los buenos y los demócratas.
  • Que la desaparición del terror es una película con final feliz después de un daño enorme y no puede diluirse todo en un borrón y cuenta nueva,
  • Que la institucionalización de la memoria ha de entrar también en la escuela.

Concluyen: “la memoria es un instrumento vinculado a la verdad histórica que rinde tributo al ayer y que protege ante el mañana”.

Cerrarás los ojos y dirás y harás cosas que me helarán la sangre

A los que coquetean impúdicamente con quienes niegan el pasado, se les recomienda la lectura de la carta que Pilar Ruiz Albisu, madre de Joseba Pagazaurtundúa, asesinado por ETA, dirigió al entonces líder del PSE-PSOE. Un párrafo: “Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos!, Patxi. ¡Qué solos estamos los que no hemos cerrado los ojos!”