Las jornadas del Cercle d’Economia, la fiesta mayor de la economía catalana
El primero en torear, con permiso de la prohibición que impera en Cataluña hacia la tauromaquia, fue Pedro Sánchez y triunfo saliendo por la puerta grande
Paso la semana grande de la economía catalana, las jornadas anuales del Cercle d’economia. Definitivamente, nuestra economía está condicionada de forma absoluta por la política, caminamos a pasos agigantados hacia el socialismo sociológico y el Cercle lo reconoce de forma implícita cuando los momentos estelares de sus jornadas son las conferencias de los políticos: Pedro Sánchez, Núñez Feijóo y Salvador Illa.
La cesión de protagonismo a la política llega tan lejos que en el momento de las conclusiones de las jornadas, a cargo de Jaume Guardiola, lo que más han destacado los medios de comunicación es la petición que realizo Guardiola a los socialistas de que busquen acuerdos con “fuerzas centrales” como Junts o el PP. Daría para un libro entero como alguien representante de sectores económicos, en principio amantes de la estabilidad, considera que pactar con Junts aporta algo positivo a la economía… y más teniendo en cuenta los antecedentes del partido de Puigdemont.
Pera dado que el Cercle primó a los políticos por encima de los verdaderos protagonistas de la economía de nuestro país, los que pagan impuestos y crean empleo como Marta Ortega, Juan Roig o Gabriel Juan Escarrer, es interesante analizar como los tres políticos utilizaron el escenario que se les brindó.
El primero en torear, con permiso de la prohibición que impera en Cataluña hacia la tauromaquia, fue Pedro Sánchez y triunfo saliendo por la puerta grande. Ante un auditorio donde en primera fila estaban las primeras espadas del Sabadell y el BBVA, Sánchez traía la propuesta perfecta para agradar a un público casero y entregado al Sabadell. La propuesta, propia del chavismo más rancio, de realizar una consulta sobre la OPA del BBVA al Sabadell entusiasmo al público.
Feijóo mantuvo su posición
Núñez Feijóo llegó al día siguiente y tuvo que remar con el viento en contra. Posicionarse a favor de la estabilidad jurídica, el rigor en la gobernanza y los juegos de trilerismo legislativo de Sánchez es una tarea difícil ante un público que lo que quería oír es que de la OPA va a naufragar. A pesar del papel desagradable que le tocaba hacer a Feijóo es de agradecer que tuviera el valor de mantener su posición y que no se entregara a los brazos de una élite económica que, en gran medida, ha dejado de ser representativa de la realidad económica catalana.
Finalmente llego, para la clausura, Illa. Que el presidente autonómico tenga el privilegio de la clausura constata que lo de Sánchez hablando de España y Cataluña como dos países no fue un lapsus, es una convicción interiorizada en los socialistas.
Illa no centro su intervención en la OPA, quizás porque lo que piensa ya era sabido por el auditorio. El presidente catalán prefirió hablar de vivienda y anunció que la solución al problema era ¡La intervención del mercado!.
Tras 46 años de gobiernos nacionalistas y de izquierdas en Cataluña que lo único que han hecho ha sido intervenir y paralizar el mercado hasta el punto de que la gente no pueda irse de su casa y a los 40 años sigan viviendo con sus padres la propuesta de Illa fue perseverar en el error.
Nunca la solución a un problema es insistir en la forma de trabajar que ha llevado a que una situación sea insostenible, pero, al parecer, quien tiene la capacidad concedida por el Cercle de cambiar las cosas, aún no se han dado cuenta.