Recuperar el sosiego en la política

La violencia política, que se sustancia en el mismo instante en que se considera enemigo al adversario político, provoca en el poder una fuerte atracción

Las dos últimas semanas han estado marcadas por una creciente espiral de descalificaciones y acusaciones políticas y personales entre el PP y el PSOE. Sin embargo, esta espiral autodestructiva ha permitido fijar la visión hacia un horizonte que permite entender el futuro de la política.

El escritor italiano Guido Ceronetti señala en su ensayo Los pensamientos del té: “Cuando el retrato es visión…. En El Empecinado de Goya puede descubrirse al Faccioso Escatalogico: el futuro del mundo[El Empecinado es pariente de El Coloso]”.

De la misma manera, también es posible generar una correspondencia entre las actitudes desmedidas y afectadas de algunos políticos captadas por las cámaras  para atacar a sus adversarios y la obra Duelo a garrotazos de la serie de las Pinturas negras de Francisco de Goya.

«La visión que nos ofrece la refriega política entre el PSOE y el PP demuestra que, una vez que uno agarra el garrote, acaba atizando aunque no haya sido su propósito inicial»

La imagen que es visión, como atisba a ver Ceronetti, nos permite entender que, en ocasiones y sin quererlo, sin proponérselo, el fotógrafo o cámara de televisión capta, no solo la actualidad política, sino el espíritu del tiempo que vivimos. Duelo a garrotazos nos descubre a dos hombres que se atizan con fuerza en un paraje desolado.

Vista del hemiciclo. Foto: EFE.
Vista del hemiciclo. Foto: EFE.

Goya mostró la violencia y lucha entre dos visiones de España: la de los liberales y la de los absolutistas. Uno de los contendientes  protege su rostro con su brazo, aunque ambos se golpean con sus garrotes. La visión que nos ofrece la refriega política entre el PSOE y el PP demuestra que, una vez que uno agarra el garrote, acaba atizando aunque no haya sido su propósito inicial.

Lo que guía el pensamiento no es la razón sino el afán de pegar más fuerte para comprobar cuán resistente es el mazo o garrote dialéctico. Es el garrote que se adhiere a la mano el que gobierna y seduce a la furia para provocarla y hacerla actuar con violencia. Poco importa que las acusaciones vertidas sean falsas si con ello se alimenta el poder de la blasfemia, la violencia verbal y la insidia.

No es que algunos políticos se vean ante el impulso de proteger a sus soberanos; todo responde a  la necesidad de mostrar que son capaces de actuar si la ocasión lo requiere. La violencia política, que se sustancia en el mismo instante en que se considera enemigo al adversario político, provoca en el poder una fuerte atracción, ya que, de esta forma, es posible gobernar y hacer oposición sin argumentos y sin entrar a considerar que el otro pueda tener razón.   

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