Tiempo de lobbies

El gobierno de Sánchez va tejiendo su telaraña de grupos de presión a favor de los indultos

El gobierno de la Moncloa se está esforzando en las últimas horas en destacar algún gesto del presidente de la Generalitat que abrigue esperanzas hacia una distensión que pueda compensar el permanente enfrentamiento . Y poder, así, justificar de alguna manera su polémica decisión de indultar a los condenados en el ‘procés’.

Ayudado, incluso, por el Cercle de Economía, el anfitrión del encuentro anual, que, para sorpresa del algunos empresarios presentes en el acto, se pronunció a favor de los indultos para los condenados por sedición y malversación, unos “mártires” según confesión de un directivo de le entidad.

Pero ni este ambiente, tan comprometido para el Rey, favoreció que Pere Aragonés se comportara y reconsiderara su planificado desplante a Felipe VI. Al que ni siquiera recibió, lo saludó de refilón y dejó plantado en la cena de gala.

Quienes habían puesto tanto énfasis en el saludo forzado entre Aragonés y el Rey para contrarrestar el desplante posterior, no consiguieron el efecto deseado. Porque todo el mundo sabe que Aragonés, en efecto, no es el maleducado Quim Torra. Pero está sometido a marcaje por los ‘illuminati’ de Junts y la Cup.

Y él pertenece a ERC, el partido de Junqueras que presionó a Puigdemont para que no convocase elecciones autonómicas. Y tendrá que seguir con su guión. Que no ha cambiado en lo sustancial. Con un saludo a hurtadillas al Rey pero humillando a la monarquía, que es lo que le marca su hoja de ruta hacia la independencia.

Hace tan solo unos meses, una facción de la Moncloa dijo que el Rey estaba “maniobrando contra el gobierno”. Y se llegó al extremo de que corear “viva el Rey” en un acto judicial al que se le había impedido ir al monarca, escandalizó al ministro del ramo. Ahora, se le vuelve a marcar en corto con un desplante del presidente de la Generalitat, en vísperas de tener que firmar los indultos y recién aprobada la despenalización de las injurias al Rey.

El mismo Rey que frenó el golpe secesionista de 2017 al hablar ,entonces, de “deslealtad inadmisible” e “inaceptable intento de apropiación de las instituciones”, ahora tendrá que firmar sus indultos. Con esa firma, su discurso quedará oficialmente tan anulado como la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo. Y no parece que el gobierno vaya a defenderlo de las humillaciones secesionistas porque, según la portavoz Montero, se trata de actitudes (desafiantes) que ellos respetan.

El reparto de los Fondos Europeos obrará el milagro

El gobierno va tejiendo su telaraña de grupos de presión a favor de los indultos. Ya tienen al Cercle en el bolsillo. También a Garamendi que, desde la CEOE, ha precisado que no se opone a lasa medidas de gracia, si contribuyen a la normalización.

El reparto de los Fondos europeos obrará el milagro. Va a haber más partidarios de los indultos entre las élites de las que había hace dos meses. El nuevo conseller de economía, Jaume Giró, sabe qué teclas hay que tocar en el nuevo concierto de la concordia.

Por la paz, un avemaría. Los obispos catalanes se apuntan a la corriente sin que su caso haya provocado sorpresas después de haber visto tantas torres de iglesias exhibiendo la estelada.

Sánchez insiste en culpar al PP de los golpes del independentismo exhibiendo palmarés: al PP le organizaron dos referéndums de independencia, una DUI y leyes de desconexión aprobadas en el Parlamento catalán. Dice. Durante su gobierno, sin embargo, ninguna ilegalidad. No es cierto porque durante su mandato en Cataluña se siguen incumpliendo resoluciones judiciales. En la utilización de la lengua castellana en los centros educativos, o en la concesión de los terceros grados a los presos de Lledoners.

Por ejemplo. Lo que no ha calculado Sánchez es que, si después de los indultos, no sigue concediéndoles las exigencias a los secesionistas, el referéndum que le van a organizar a él será de puesta de largo y oropel. Y no para votar un nuevo estatuto, precisamente. Eso ya lo vivieron. Aragonés pasará primero por el confesionario de Waterloo para preparar con el fugado Puigdemont la reunión en la Moncloa.

El PP de Casado insiste en su denuncia constante de la incomparecencia del gobierno a la hora de defender al Estado constitucional, a pesar de la presión del Cercle de economía para que empiece a aceptar los indultos. Porque sabe que esa medida de gracia tendrá difícil aceptación electoral en todo el país. Pero no estamos ante una cita inminente en las urnas. Veremos si el tiempo juega a favor de Sánchez. En plena proclamación del diálogo y la concordia, es tiempo de ‘lobbies’.