Bronca de Torra con PP y Cs por la tensión previa al 21D

El president vuelve a criticar la fecha escogida para el Consejo de Ministros en Barcelona y se encara con Cs y PP por las protestas convocadas el viernes

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Los preliminares del 21D, fecha escogida para el Consejo de Ministros en Barcelona y convertida en jornada de alto riesgo por el rosario de movilizaciones convocadas por el independentismo para protestar contra la reunión, han capitalizado la sesión de control en el Parlament al presidente de la Generalitat, Quim Torra. La sesión ha sido breve, estéril y con un par de momentos de alta tensión entre el president y los jefes de filas del PP y Cs en Cataluña, Alejandro Fernández e Inés Arrimadas.

El más duro ha sido el pique con Fernández, con el que ha arrancado la sesión. El líder del PP catalán le exigía a Torra garantías de que el viernes, la ciudadanía «podrá ir a trabajar y llevar a sus hijos al colegio con «normalidad», y el president replicó pidiéndole explicaciones por las afirmaciones del presidente de los populares, Pablo Casado, que este mismo miércoles le acusó en el Congreso de buscar «un derramamiento de sangre»  y «una guerra civil».

El PP pide la dimisión de Torra

«Son unas expresiones gravísimas. Le pido que ahora mismo las rechace», espetó Torra. «La sesión de control es para usted, no para mí, tiene que contestar usted», replicó Fernández, que le pidió la dimisión por tercera vez en lo que va de legislatura: «Le apelo a que si le queda algo de dignidad y decencia, deje entrar aire fresco, y a alguien dispuesto a proteger a los ciudadanos».

Arrimadas, por su parte, instó al president a advertir a los llamados Comités de Defensa de la República CDR) de la ilegalidad de algunas de las acciones que se han promovido vía redes sociales de cara al viernes, y Torra le replicó alegando que «el llamamiento es a la serenidad, la firmeza y el civismo», y la acusó, como a Fernández, de alimentar «un relato falso de violencia» de manera «irresponsable». 

«Protegen a los violentos, les justifica, les blanquea. Están animándolos a atacar España, a que aprieten, a la vía eslovena, y dicen que que están dispuestos a todos», le reprochó Arrimadas, y el president negó la mayor. «¡Basta de mentiras!», la conminó. «Nos no van a dar ustedes lecciones de nada». Poco después, Arrimadas anunciaba que Cs presentará una querella contra Torra por su «inacción» frente a las acciones violentas que pudieran producirse el viernes.

Torra mantiene las incógnitas

Más allá del ruido, Torra no quiso confirmar si se reunirá finalmente con Sánchez, pese a que el Gobierno ya ha dado por hecho que el encuentro se producirá mañana. Y, sobre el Consejo de Ministros, en respuesta al lider del PSC, MIquel Iceta, se limitó a apuntar que la actitud del govern es de «respeto». «Ellos han decidido que se celebre en Barcelona, y es evidente que creemos que la escogida no es la mejor fecha», zanjó.

Tampoco avanzó Torra nada sobre el otro gran tema urgente que tiene sobre la mesa: los presupuestos. Dijo, eso sí, que ya se han presentado y que son «los más sociales de la historia», aunque no es cierto: lo único que hizo la Generalitat este lunes es anunciar las líneas maestras de las cuentas en una reunión con patronales y sindicatos, pero sigue sin poner ningún borrador de las cuentas sobre la mesa.

Así, a falta de concreciones ni avances, Torra optó por amenizar los preliminares del 21D haciendo un anuncio: el de una segunda reunión de la mesa de partidos creada el pasado noviembre a instancias del PSC, que fijó el próximo 8 de febrero. Pero esa mesa cuya primera reunión resultó estéril, nació ya herida de muerte, porque tres de las siete fuerzas con representación parlamentaria se borraron desde el minuto uno: PP, la CUP y el primer partido en votos y escaños, Cs.

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