Convergència vende su sede a un fondo de Hong Kong

El comprador es el grupo inversor Platinum, y utilizará el edifico para oficinas

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La sede de Convergència Democràtica estaba en venta, no estaba embargada, como los grupos de la oposición han repetido en los últimos meses, por el caso del Palau de la Música. Esa es la interpretación de la dirección del partido, que ha dado a conocer a los militantes que se ha vendido al fondo inversor Platinum, de Hong Kong, para dedicar el edificio de la antigua Enher, en la calle Còrsega, a oficinas.

Adquirida por más de tres millones de euros en 1998

Convergència se trasladará a otra zona del Eixample de Barcelona, con la idea de que sea más operativa. Se trata también de un mensaje político en toda regla. La dirección del partido asegura que las negociaciones las ha protagonizado Francesc Sánchez, el hombre encargado de las relaciones jurídicas, y muy cercano en su momento a Oriol Pujol Ferrusola.

Sánchez asegura que se trataba de «cambiar de sede, para ganar operatividad, porque en la de Còrsega, pese a disponer de 4.500 metros cuadrados, muchos de ellos eran inútiles». Y en los tiempos que corren, «Convergència es un partido que quiere ser humilde, que se adapta a los nuevos tiempos». 

Responsabilidad civil ante el caso Palau

El cambio de sede, tras la compra del fondo de Hong Kong, comportará ahora la compra de otro edificio por parte de CDC, que le permita convocar consejos nacionales, con auditorios abiertos, prescidiendo, con ello, del alquiler de hoteles u otras instalaciones. 

La propia portavoz de Convergència, Mercè Conesa, ha comunicado la operación, que pone a fin a la relación de CDC con el edificio que adquirió en 1998 por más de 600 millones de pesetas, algo más de tres millones de euros.

El partido, a través de Francesc Sánchez, ha ofrecido otras propiedades como aval ante el juez del caso Palau, en sustitución de la sede de la calle Còrsega. Sánchez asegura ahora que «esto demuestra que la sede no estaba embargada, como se había dicho, porque en ese caso no la podíamos haber vendido, lo que ocurría es que era el aval que CDC ofrecía como responsable civil ante la causa». 

 

 

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