Desarrollan una minifábrica que produce 30.000 vacunas de coronavirus diarias

Ingenieros del King’s College idean un pequeño dispositivo para producir vacunas contra la Covid-19 como la de Pfizer en cuestión de segundos

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Un grupo de investigadores británicos ha ideado un revolucionario dispositivo que puede jugar un papel fundamental para garantizar el suministro masivo de vacunas contra el coronavirus en todo el mundo. Los científicos han desarrollado una fábrica en miniatura que es capaz de producir 30.000 unidades de dosis del antígeno en tan solo 24 horas.

El diseño de los ingenieros del King’s College de Londres está pensado para ser compatible con el tipo de vacuna que ha desarrollado la farmacéutica Pfizer, ya ha sido autorizada para su uso en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, México, Arabia Saudí o Bahréin. Sus dimensiones son equivalentes a las de un electrodoméstico casero, lo que abre la puerta a su implantación en decenas de países.

“Podríamos fabricar toneladas de vacunas basadas en ARN, uno de los tipos de vacunas que se están desarrollando para combatir el Covid-19, en casi cualquier parte del mundo, a un ritmo mucho más rápido de lo que sería posible de otra manera”, ha explicado el profesor Makatsoris Harris al diario británico The Mirror.

Los diseñadores prevén presentar la tecnología de la minifábrica de forma oficial antes del mes de marzo para obtener una aprobación regulatoria para su uso. Con apenas 60 dispositivos se podrían producir las dosis suficientes del antígeno para inmunizar a toda población de Reino Unido.

“No sabemos cuánto tiempo durarán estas nuevas vacunas, por lo que es posible que necesitemos suficientes vacunas para inmunizar dos veces al año a la población mundial”, ha agregado el investigador jefe del proyecto británico.

La minifábrica de vacunas soluciona el problema de la baja temperatura

Uno de los grandes hándicaps para el suministro masivo de vacunas está siendo el transporte y almacenamiento de los viales a baja temperatura. El prototipo de Pfizer requiere una conservación a 70 grados bajo cero para mantener todas sus propiedades. Una limitación que ha obligado a la compañía estadounidense a transportar los viales en unos paquetes recubiertos con hielo seco.

Esta condición limita mucho a los países para poder guardar las vacunas durante un periodo medio de tiempo, porque los centros sanitarios convencionales no disponen de refrigeradores capaces de alcanzar una temperatura tan baja. Sin embargo, la fábrica en miniatura puede ser la solución definitiva a todos los problemas.

Si cada centro de suministro instalara sus propios dispositivos de fabricación del antígeno, ya no sería necesario realizar grandes trayectos para distribuirla por todo el mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, todos lo envíos se centralizan desde la fábrica ubicada en el estado de Míchigan. Mientras que en Europa el centro de producción está ubicado en Bélgica.

“Uno de los problemas de la vacuna de ARN es el almacenamiento y la distribución. Esto soluciona el problema de la congelación al permitir que un hospital produzca vacunas a pedido”, ha aclarado el profesor del Imperial College, Nilay Shah.

Si el dispositivo tecnológico recibe la aprobación de los reguladores sanitarios en marzo, puede convertirse en una herramienta clave para las campañas de vacunación masivas.

España, por ejemplo, prevé iniciar el enero las inyecciones para los grupos de la población más vulnerables como los ancianos de las residencias o el personal sociosanitario.

Sin embargo, no será hasta el segundo trimestre cuando se dará paso a otros colectivos menos afectados en la lista prioritaria que ha diseñado el Ministerio de Sanidad. Un volumen mucho más amplio que requerirá decenas de millones de dosis.

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Carlos Villar

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