El atasco en los presupuestos abre otra brecha entre JpC y Esquerra

JpC responsabiliza a ERC del portazo de Catalunya en Comú a las cuentas y los de Junqueras preguntan a sus socios si han olvidado con quién gobiernan

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El portazo de Catalunya en Comú Podem a los presupuestos de la Generalitat ha abierto una nueva brecha en la maltrecha relación entre ERC y Junts per Catalunya (JpC), los dos socios que integran el gobierno de Quim Torra.

JpC, que en paralelo ha acentuado la última semana la presión a los de Oriol Junqueras para que se incorporen a listas conjuntas de cara a las municipales y las europeas del 26 de mayo, ha lanzado este lunes reproches apenas velados a sus socios, después de que los comunes apuntaran el domingo que han tenido más problemas para negociar con los departamentos dependientes de ERC que con los que están en manos de la coalición puigdemontista. Y esta vez, a diferencia de lo que ha hecho en otras ocasiones, Esquerra ha reaccionado.

El encontronazo se ha producido a raíz de unas declaraciones del portavoz parlamentario de JpC, Albert Batet, que en rueda de prensa apeló este lunes a la «responsabilidad» no solo de los comunes, sino también «de ERC», que es de hecho quien lideraba las conversaciones por parte del gobierno, porque el vicepresidente y conseller de Economía es el republicano Pere Aragonès.

Batet apuntó como modelo a seguir la actitud de «las consellerias de JpC», que definió con el lema «a cada problema, una solución», y que ejemplificó con el desbloqueo del conflicto con los taxis, con el acuerdo para devolver las pagas aún pendientes de los funcionarios y con la ampliación de las plantillas de los Mossos d’Esquadra y los bomberos, tres asuntos que dependían, respectivamente, de los consellers Damià Calvet, Jordi Puigneró y Miquel Buch, todos ellos de JpC.

El portavoz de la coalición neoconvergente no dio puntada sin hilo, y reservó aún una última pulla a Esquerra, al insistir en que «a un gobierno efectivo, que es lo que se pedía, le corresponden unos presupuestos efectivos». Y entre quienes hace un año pedían ese gobierno efectivo mientras JpC seguía exprimiendo plazos y amagando con la investidura a distancia de Puigdemont estaba Esquerra, claro.

Ataque por sorpresa

La portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, no tardó en reaccionar. Y, a diferencia de lo que es habitual en los republicanos, que optan por quitar hierro en público a las andanadas de fuego amigo provenientes de sus socios, esta vez optó por entrar al trapo. Vilalta calificó las declaraciones de Batet de «esperpénticas». «Parece que ha olvidado quién forma parte del gobierno de Cataluña», dijo.

En el partido de Junqueras es el ataque de sus socios lo que ha caído por sorpresa: No así que los comunes les responsabilicen a ellos de la falta de entendimiento, algo que atribuyen al puro cálculo preelectoral. «Los comunes saben que se disputan un espacio electoral con nosotros, no con JpC», argumentan fuentes de la cúpula de Esquerra, que asumen que entre unos y otros les están haciendo una pinza. «Es lo que pasa cuando ocupas el centro político», alegan.

El nuevo frente se abre justo cuando desde JpC, el Pdecat y la Crida Nacional per la República, el nuevo movimiento político liderado por Puigdemont, se ha vuelto a redoblar el pressing a Esquerra para que se integre en listas conjuntas de cara a las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo, y se suma a otros puntos de fricción como el recurso de Puigdemont al Tribunal Constitucional contra la decisión de la Mesa del Parlament y su presidente, Roger Torrent (ERC) que en octubre dejó al expresident sin poder seguir delegando su voto para evitar un conflicto con el Tribunal Supremo, que le había suspendido como diputado.

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