El reto de Rajoy: el 46% de los españoles suspendería la autonomía catalana

Una encuesta muestra el rechazo a una consulta soberanista que no tenga el amparo legal

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El Gobierno que preside Mariano Rajoy debe calibrar bien los riesgos. Hasta ahora la estrategia, ante el plan soberanista del President Artur Mas, ha sido la de esperar, sin querer actuar en ninguna dirección. Rajoy se inclina por cumplir la ley, pero sin aspavientos, y sin generar un rechazo más allá de lo necesario. Las encuestas hasta el momento tampoco le han indicado una dirección determinada.

Pese a ello, los españoles aseguran en las encuestas que el Gobierno no debería tolerar una consulta ilegal. En un sondeo de Sigma Dos, para el diario El Mundo, el 46,4% de los encuestados cree que el Ejecutivo español debería suspender la autonomía de Catalunya si el President Mas decide convocar la consulta soberanista para el 9 de noviembre, incluso si el Tribunal Constitucional se opusiera.

Medida contraproducente

Pero para Rajoy ninguna medida será fácil. Porque el 37,6% de los españoles, según el sondeo, rechaza que se pueda llegar tan lejos y suspender la autonomía, lo que podría ser contraproducente y llevar al movimiento independentista a aumentar todavía más su peso en el seno de la sociedad catalana.

Ahora bien, los partidarios de recurrir a la suspensión de la autonomía, siguiendo el artículo 155 de la Constitución, son mayoría entre el electorado del PP y de UpyD, pero minoría entre los votantes del PSOE e IU.

El problema lo tiene Rajoy en el seno del propio PP, porque hasta un 65,6% de los votantes populares son partidarios de llegar a cancelar la autonomía. Sólo un 22,4% se opondría a ello. Ello explica la poca capacidad de maniobra de Rajoy. No puede buscar, todavía, una salida al problema con el gobierno catalán. Su margen es muy pequeño, y prefiere, por ahora, ganar tiempo.

Acabar con Mas

Pese a esa aproximación sociológica, por tanto, el Gobierno español mantiene una gran distancia sobre esas tesis. El gabinete de Mariano Rajoy considera que Mas no podrá convocar la consulta, cuando la recurra el propio Ejecutivo y la rechace el TC. Y que ello llevará al Govern de la Generalitat a adelantar las elecciones autonómicas, ya sea el mismo día 9 de noviembre, o a lo largo de 2015.

El gran objetivo de Rajoy, aunque no se ha explicitado, es que sea CiU quien, internamente, reflexione y sustituya a Mas, después de comprobar la erosión electoral que le ha supuesto la deriva soberanista, y que se podría comprobar en las elecciones europeas del 25 de mayo.

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