ERC acepta el trágala de Sánchez y presiona a Podemos

Esquerra mantiene su predisposición a facilitar la investidura de Pedro Sánchez y pide a Iglesias que no allane el camino a la derecha

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, de pie, entregando a Sánchez un ejemplar del libro de cuentos escrito por Junqueras en prisión en julio. Foto: EFE/Ballesteros

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Puestos a escoger entre ver la botella medio vacía o medio llena, ERC opta por la segunda opción y mantiene la postura que ya tenía en julio respecto de la investidura de Pedro Sánchez: la de facilitarla. No solo amagando con una nueva abstención en un eventual segundo intento de Sánchez, sino presionando a Unidas Podemos para que dé  su brazo a torcer y avale la candidatura del presidente en funciones.

Los de Oriol Junqueras abrían este miércoles la nueva ronda de conversaciones activada por los socialistas de cara a una nueva votación de investidura antes de que el 23 de septiembre expire el plazo tras el cual la legislatura se precipitaría a unos nuevos comicios el 10 de noviembre. Y, tras la reunión optaron por contemporizar y trasladar la responsabilidad de una eventual repetición electoral a Pablo Iglesias.

«Podemos puede condicionar» las políticas de un gobierno de Sánchez, argumentó el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. De hecho, insistió, ya lo ha hecho, si hacemos caso del propio relato de los de Iglesias. «La pregunta es por qué ahora no. Por qué es necesario que tú entres en el gobierno, y que el coste de que no tengas un ministerio sea volver a elecciones», espetó Rufián.

«A Pablo Iglesias le tienen donde quieren, enfadado y quejándose por los platós de televisión», advirtió. El portavoz republicano aconsejó a los que en Podemos hablan de la «humillación» a la que se sienten sometidos por el PSOE «que vayan a Lledoners y se lo digan a Junqueras». El líder de Esquerra lleva casi dos años en prisión provisional y a la espera de una sentencia que le puede suponer pasar muchos más en la cárcel, y aún así, subrayó Rufián, su apuesta sigue siendo «la del diálogo, la palabra y la política».

Frenar a la derecha y un nuevo 155, prioridades de ERC

Así que, pese a que en julio advirtió que en caso de no prosperar el  primer intento de investidura, el escenario en septiembre se complicaría, por la proximidad de la sentencia de la causa del procés, Esquerra mantiene por el momento la posición de facilitador que tuvo entonces, aunque eso suponga un punto de fricción con sus socios de Junts per Catalunya (JxCat) en el govern de Quim Torra, que puede ir a más cuando se conozca la decisión del Supremo. 

El argumentario de Esquerra, pues, sigue donde estaba, con el acento en la necesidad de evitar lo que entienden que son males mayores, es decir, que la derecha vuelva a gobernar. O que se haga con la mayoría del Senado, un escenario con el que los de Junqueras entienden que aumenta «el riesgo» de que se vuelva a aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

«Ningún demócrata quiere que la derecha más reaccionaria llegue a gobernar su país», zanjó Rufián tras la cita que él y la también diputada Carolina Telechea mantuvieron con el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, y la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra.

La posición implica quitar hierro a la marcha atrás que el documento con 370 medidas de gobierno que Sánchez presentó el martes supone respecto a las concesiones a los independentistas que se incluían en el programa electoral con el que el PSOE ganó los comicios del 28 de abril. La principal, la desaparición de la reforma constitucional que se planteaba entonces para redefinir el reparto competencial entre el Gobierno y las comunidades y para cambiar el modelo de financiación autonómicas. Ahora, esas dos cuestiones siguen apareciendo en la batería de propuestas socialistas, pero de una manera aún más genérica y sin plantear retoques en la Carta Magna.

Rufián consideró «nefasto» que en su nuevo programa Sánchez siga rechazando la posibilidad de un referéndum, y que se afirme que en Cataluña hay un «conflicto de convivencia», apelación que Esquerra encuentra ofensiva porque niega la mayor, y que pide que se cambie, para que no se diga.

Pero en Esquerra, pese a todo, prefieren leer el documento en positivo, tanto en clave de políticas sociales como incluso en lo referido a la crisis catalana, aspecto en el que Rufián percibe un avance: «hace dos meses no hablaban de Cataluña y ahora sí», alegó, en referencia a la intervención de Sánchez en el debate de investidura, en la que soslayó el tema, que ni siquiera nombró en su primera alocución.

La declaración de Pedralbes como «punto de partida

Ahora, a los de Junqueras les basta con la apelación que hace el documento a impulsar el diálogo «entre catalanes  y también entre el Gobierno de España y la Generalitat», aunque el texto añada que debe de tratarse de un diálogo «siempre dentro de la Constitución».

De hecho, antes de la reunión, el vicepresidente y hombre fuerte de Esquerra en el govern Torra, Pere Aragonès, pese a calificar de «míting» la presentación efectuada el martes por Sánchez, ya consideró en una entrevista en TV3 que volver a la declaración de Pedralbes sería «un buen punto de partida». Y aquel documento, suscrito en diciembre en la última reunión mantenida entre el ahora presidente en funciones y Torra, no pasaba de mera declaración de intenciones a favor de desplegar un «diálogo efectivo» para vehicular «una respuesta política» al «conflicto» en Cataluña.

 

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