Iceta tensa el PSOE antes de fijar el nuevo rumbo del PSC

El primer secretario del PSC se encara a Torra y a los barones críticos con Sánchez a las puertas del congreso que renovará su liderazgo sin oposición

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Miquel Iceta será reafirmado este fin de semana en el cargo de primer secretario del PSC, por primera vez sin ninguna oposición. Pero el líder de los socialistas catalanes, indiscutido en casa y convertido en consejero áulico Pedro Sánchez, no es del gusto de los barones del PSOE más críticos con la apuesta del presidente del Gobierno en funciones —que es tamjbién la del propio Iceta— de buscar el apoyo de ERC para la investidura y, si es posible, incluso más allá.

Con el PSC además recuperándose en las citas electorales y en las encuestas de la larga y dolorosa sangría de votos y pesos pesados que había sufrido a lo largo y ancho del procés, Iceta tiene motivos para sentirse fuerte. La semana pasada, incluso se permitió el lujo de darle un toque en público a Sánchez, al que advirtió que hay que ser «cuidadosos y discretos» en la negociación con ERC después de que los de Oriol Junqueras mostraran su enfado por unas declaraciones del presidente en las que este advertía que cualquier acuerdo con los independentistas se ceñirá a «la  ley», y que además los republicanos malinterpretaron al entender que estaba dando por hecho un acuerdo que sigue siendo incierto.

Este viernes, en cambio, fue Iceta el que patinó, al referirse a la anunciada llamada de Sánchez a Quim Torra, prevista para el próximo martes, como si ya se hubiera producido, lo que provocó la reacción airada del presidente de la Generalitat. El líder del PSC lo atribuyó después a una confusión, pero insistió en reprocharle a Torra su beligerancia. «Si de verdad se quiere dialogar, la actitud tiene que ser muy distinta», dijo.

Choque de Iceta con Lambán y García-Page

No fue el único encontronazo de Iceta, que optó por replicar a los reproches a las conversaciones con ERC lanzadas por los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y de Aragón, Javier Lambán, ambos socialistas e incómodos con la estrategia de Sánchez. El miércoles, el primero llegó a ironizar con un posible acuerdo con los independentistas advirtiendo que ni él ni la mayoría de los españoles quieren «vaselina» como regalo de Reyes, y el presidente aragonés tachó a Esquerra de partido «indeseable».

Iceta calificó las críticas de García-Page y Lambán de «muy inoportunas» e «impropias» de unos presidentes autonómicos, e instó a ambos a «comportarse con el resto de partidos con respeto». Y el presidente castellanomanchego se revolvió y, según informa EFE, instó al líder del PSC a defenderle a él «ante tanto insulto y ataque» recibido por defender la igualdad y la unidad de España.

«Cuando a Iceta le quitan la posibilidad de ser presidente del Senado, entonces sí vale decir que España no puede depender de los independentistas», añadió. «Yo digo lo mismo que hace tres semanas y que hace tres años, y probablemente lo seguiré diciendo los próximos 30».

Plurinacionalidad e inmersión, puntos calientes del congreso del PSC

La tensión creciente entre el PSC y algunos barones se focaliza también en torno a la definición de Cataluña como nación y la de España como un país «plurinacional», que aparecen en la propuesta de ponencia política que se votará este fin de semana en el 14 congreso de los socialistas catalanes. Para tratar de limar esos roces, la dirección del partido presentará una enmienda para referirse a España como «nacion de naciones», tal y como avanzó La Vanguardia.

El propio Iceta reivindicó el concepto en una entrevista en TVE en la que recordó que «el PSC ha defendido siempre que Cataluña es una nación, desde 1978», y que también lo habían hecho durante la dictadura las tres formaciones que se unieron para crear el partido, «incluida la federación catalana del PSOE», subrayó, para luego rematar la argumentación: «Si España es una nación y Cataluña es otra y puede haber otras que se definen como tales, es obvio que España es una nación de naciones. Hay ocho comunidades en cuyos estatutos se definen como nacionalidad o nacionalidad histórica y nosotros consideramos que nación, nacionalidad y nacionalidad histórica es lo mismo».

Horas más tarde, en la presentación de su informe de gestión, con la que daba el pistoletazo de salida al Congreso, abundó en el asunto y añadió que Cataluña es un «sujeto político no independiente».

La de la España plurinacional no es la única arista polémica de un congreso que por lo demás plantea una línea política continuista y que se presenta como el más plácido de la última década para los socialistas catalanes. El otro asunto que ha generado polémica, tanto entre los partidos independentistas como incluso en clave interna, es la flexibilización del modelo de inmersión lingüística en beneficio de una apuesta por la enseñanza plurilingüe quepermita mejorar las competencias del conjunto del alumnado tanto en castellano y catalán como en inglés, una propuesta incorporada en la ponencia presentada por la dirección y que ha suscitado numerosas enmiendas que han llevado a la cúpula a replantearse el redactado.

Por lo demás, el conclave consagrará a Eva Granados como número dos del partido, con el ya Secretario de Organización Salvador Illa —integrado además en el equipo de negociadores que lidian con ERC de cara a la investidura— completando el núcleo duro de Iceta, y, con este reforzado en Cataluña y también en el área de influencia de Sánchez, permitirá poner en hora los relojes del partido de cara a preparar las próximas elecciones catalanas, que los socialistas pronostican ahora que pueden llegar el otoño de 2020.

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