Iglesias teme que Sánchez repita estrategia: acorralarle a última hora

Unidas Podemos sospecha que el PSOE quiere forzar una negociación de última hora con la única finalidad de buscar una repetición electoral

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A escasos días para dar carpetazo al mes de agosto, Unidas Podemos busca forzar una negociación para evitar una repetición electoral, aunque el partido de Pedro Sánchez parece más proclive a una repetición electoral y por ello emplaza a reunirse con la formación de Sánchez en último lugar. 

Según una información de El Mundo, esta circunstancia podría dejar sin iniciativa al líder de Podemos, Pablo Iglesias, que ve con frustración como sus propuestas y sus llamadas a negociar con tiempo caen en saco roto. El viernes, el PSOE anunció que no habrá contactos con otros partidos en los próximos diez días, que se iniciarán en su caso a partir de la primera semana de septiembre y que con Podemos no se negociará hasta el final.

Los dirigentes de Podemos piensan que el principal problema en la investidura fallida de julio fue que se intentó negociar un Gobierno de coalición en muy poco tiempo, apenas tres o cuatro días. Ahora aspiraban a que eso no ocurriera y confiaban en que las reuniones empezaran con bastante anterioridad al 23 de septiembre, día límite para alcanzar un pacto antes de la convocatoria automática de elecciones generales.

Sin reuniones a la vista

Por el momento, ni habrá reuniones en los próximos días ni habrá negociación sobre un Gobierno de coalición, que los socialistas rechazan de entrada. Esto acrecienta la tesis de Podemos, que cree que el PSOE busca un resultado más favorable en otras elecciones. Por eso, sus dirigentes emplazan a Sánchez a «que diga abiertamente» si quiere nuevos comicios.

Entretanto, el Ejecutivo en funciones sigue atrincherado en su negativa a un Gobierno de coalición. «No se observan condiciones, de ninguna manera», insistía ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.

Lo cierto es que queda menos de un mes para poder firmar un acuerdo de investidura, pero a Pedro Sánchez parece que no le ahoga. Más bien todo lo contrario, porque insiste en jugar con los tiempos. El líder del PSOE ha decidido retrasar aún más el inicio de las negociaciones con el resto de los partidos y dejarlo todo para septiembre.

Sin reuniones a la vista

Isabel Celaá explicó ayer que no habrá contactos durante este fin de semana con el PNV y que Sánchez estará centrado únicamente en su asistencia a la cumbre del G-7 que se celebra en Biarritz (Francia). La cercanía de la ciudad al País Vasco había servido de excusa para iniciar con el PNV la última ronda de contactos, pero los planes han cambiado.

Celaá justificó el retraso de esta y las demás reuniones en que el presidente quiere «consolidar» primero «un proyecto político programático». Y que eso implicaría «esperar» a finales de agosto, una vez escuchada a la sociedad civil, para «a partir de ahí» abordar el contacto con los líderes políticos. 

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