Juan Carlos I, ¿entre el Caribe y Portugal?

El rey emérito, según La Razón, podría finalmente acabar residiendo en Portugal, país en el estuvo exiliado su padre, Don Juan de Borbón

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Tras años de dedicarse a difundir por todo el mundo una buena imagen de España, el Rey Juan Carlos ha decidido abandonar el país forzado por su hijo, Felipe VI. El pasado mes de marzo —apenas iniciado el confinamiento y el estado de alarma— el Rey también renunció a la herencia de Juan Carlos I y retiró a su padre la asignación pública del presupuesto de la Casa del Rey, que en los últimos años superó los 194.000 euros.

Lo que todavía es una incógnita es el paradero final del Rey Juan Carlos, dado que nadie de su entorno ha querido revelarlo. Casi todos los indicios apuntaban el martes a que había elegido la lujosa urbanización de La Romana (República Dominicana), propiedad del multimillonario cubano José Fanjul, para residir. Esta familia íntima del anterior Jefe del Estado, le habría ofrecido un chalet en la exclusiva urbanización Casa de Campo desde el momento que supieron de sus dificultades en España.

Sin embargo, tan solo unas horas después de conocerse su decisión de abandonar España, medios portugueses situaron a Juan Carlos I en Estoril, precisamente el municipio donde estuvo exiliado su padre, Juan de Borbón, durante la dictadura y donde crio a su hijo antes de su regreso a España. 

Allí sería acogido con los brazos abiertos por la familia Brito e Cunha-Espirito Santo, amigos personales del anterior monarca desde los tiempos en que la Familia Real española eligió la localidad lusa de Cascais para vivir en el exilio tras la Guerra Civil española, según el periódico La Razón.

La cabeza de dicha familia es Joao Manuel Brito e Cunha, de la misma edad de don Juan Carlos, que le acogería junto a su esposa Ana Filipa Espirito Santo. De hecho, varias fuentes apuntan a que la reciente visita del Presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, al Rey Felipe en Madrid sirvió para cerrar el acuerdo del traslado de don Juan Carlos a una residencia de la familia.

Incógnitas sobre su partida

Lo que se desconoce todavía es cómo se va a sostener la vida que acaba de empezar Don Juan Carlos I, tanto a nivel económico como físico por su muy reducida movilidad a causa de las múltiples operaciones. Quién va a hacerse cargo de los gastos necesarios para que viva cómodamente, en qué residencia se establecerá finalmente, quién va a ayudarle en sus desplazamientos o cómo se van a pagar los sueldos de las personas que realicen su cuidado son algunas de las incógnitas.

A sus 82 años —39 de los cuales ha ejercido como Rey de España—, se desconoce el apoyo que tendrá para tener segura una cierta calidad de vida. Aunque algunos afirman que es más un cambio de domicilio temporal pero que de ninguna manera significa que se haya exiliado y que no puede volver a su país, la realidad es que nadie sabe cómo va a ser a partir de ahora su día a día.

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