La dependencia de Sánchez de ERC y Torra marca el camino a Madrid

El Gobierno ha accedido al calendario de la Generalitat para Barcelona, aplicándolo a Madrid, mientras negocia con ERC la prórroga del estado de alarma

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El Gobierno se encuentra cerrando acuerdos para conseguir prorrogar por quinta y última vez el estado de alarma en España, que durará previsiblemente hasta el 30 de junio. Para poder sacar adelante la propuesta, el presidente del Ejecutivo Pedro Sánchez necesita reunir el suficiente apoyo, algo que ya ha costado mucha en las últimas prórrogas.

En la última y cuarta prórroga tuvo que recurrir a Ciudadanos y el PNV a última hora para poder sacarla adelante. Ahora, tras el rechazo del partido naranja a ampliar un mes más el estado de excepción, depende de las negociaciones con el partido independentista de ERC, así como del PNV.

También tendrá que suavizar la situación con Compromís o el PRC, que han apoyado desde el comienzo la gestión de la crisis pero ahora cuestionan su voto. Todo ello, enfrentándose también a las duras críticas del PP y de Vox, que no apoyan ninguna propuesta del Ejecutivo.

Bajo esta situación de presión, el Gobierno ha ido aceptando las peticiones de Quim Torra en el ritmo de la desescalada, que está siendo menos rápida para Barcelona que para otras provincias Cataluñas y pensando también sobre la otra gran ciudad española, Madrid, que acumula el mayor número de afectados, pero que reitera que cumple las condiciones para pasar de fase. 

La Comunidad de Madrid presidida por Isabel Díaz Ayuso entiende que la negativa a que Madrid progrese de fase es «política» y no técnica y la realidad es que Sanidad le aplica el mismo modelo que a Barcelona, aunque el gobierno madrileño no lo había solicitado así, en lo que parece que se quiere llevar un ritmo similar de apertura en ambas; con el condicionante de que Cataluña sí que está progresando en las fases, pero toda la Comunidad de Madrid está parada.

La fase 0,5, que se ha improvisado, significa que ambas comunidades podrán abrir tiendas sin cita previa, centros de culto, bibliotecas y museos con un aforo restringido a un tercio de su capacidad. Sin embargo, no permite a los restauradores la apertura de terrazas o las reuniones de hasta 10 personas. Ayuso considera que «no hay explicación técnica para que la región permanezca en la fase intermedia, con la que se arruinan los comercios y cada semana se pierden entorno a 18.000 empleos».

La mesa de diálogo como condición al estado de alarma

Esquerra Republicana —que la última vez giró de la abstención al voto en contra— ha recuperado el diálogo con el Ejecutivo. El grupo negociador del PSOE y ERC mantuvo esta semana dos discretas reuniones, a las que también acudió el ministro de Sanidad Salvador Illa, con tal de retomar la relación que diera paso al respaldo del grupo independentista a la prórroga. ERC valoró esta predisposición a negociar pero condicionó su apoyo a la codecisión de las autonomías en la desescalada y a la reactivación de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat.

Sánchez ha respondido en su comparecencia en la Moncloa este sábado a Esquerra pidiendo que se desligue la mesa de diálogo sobre el conflicto catalán de la negociación de la nueva prórroga del estado de alarma, algo que podría hacer tambalear su propuesta.

El presidente de la Generalitat, por su parte, defenderá este domingo en la videoconferencia de Sánchez con los presidentes autonómicos que se establezca como obligatorio el uso de las mascarillas de protección en todos los espacios públicos a fin de evitar riesgos de contagio por el coronavirus en la desescalada; algo que Madrid ya ha pedido en varias ocasiones sin éxito. Falta por ver si el Ejecutivo cede también a esta propuesta del líder independentista.

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