La tensión por los lazos amarillos llega al Teatro Real

El público responde con abucheos y gritos a los miembros de la producción de 'Faust' que salieron a saludar con lazos amarillos

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El Teatro Real de Madrid tampoco ha podido a escapar a la tensión que provoca la continua exhibición de lazos amarillos. Los reyes Felipe VI y Letizia participaron, esta vez sí, en la inauguración del ciclo, después de que hace un año optaran por no presentarse debido a los acontecimientos que estaban tomando lugar en Cataluña.

Pero su regreso al coliseo madrileño no consiguió liberarse de la crisis catalana, lo que terminó por aguar los ánimos del público. El estreno de Faust de Charles Gounoud dirigida por Alex Ollé –una coproducción del Teatro Real con la Nationale Opera & Ballet de Ámsterdam– generó sentimientos encontrados no solo por el contenido de la obra, sino también por las posturas políticas de algunos miembros de la producción.

Sobre las tablas aparecieron lazos amarillos en favor de los políticos independentistas presos por el referéndum ilegal del 1-O. El símbolo provocó malestar en el público, consciente de la presencia de los reyes. Los lazos los exhibieron, al término de la función, el escenógrafo y diseñador de vídeo Alfons Flores y el figurista Lluc Castells, ambos barceloneses.

Abucheos y reclamos por los lazos amarillos en el Teatro Real

Tras unas largas tres horas de función, el público reaccionó a la reivindicación independentista catalana con un escollo de reclamos y abucheos. Los vítores se reservaron solo para los tenores y los barítonos, mientras que la desaprobación fue notable cuando salieron al escenario los integrantes de la producción. Además de los reyes, entre el público estaban la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y los ministros Luis Planas, Carmen Calvo y José Guirao.

El País informó de que no solo lazos amarillos provocaron el enfado de los asistentes. «Entre los descontentos, también los había disgustados con el trabajo de puesta en escena, de gran potencia visual y toques posmodernos; de hecho, algunos de los espectadores, sobre todo los que estaban más alejados del escenario, no habían llegado a reparar en el detalle de los lazos amarillos», explicó el diario.

Lo que quedó claro es que los símbolos independentistas también encendieron la furia de una importante porción del aforo. La audiencia enfatizó esta postura cuando radicalmente pasó del aplauso enérgico y sostenido a los actores, músicos y el resto del equipo artístico, a los abucheos en el momento en el que la dirección de la obra tomó el escenario.

Al igual que cuando llegaron al aforo recibidos entre aplausos y gritos, los reyes salieron del Teatro Real casi al filo de la medianoche entre otro coro de vítores y gritos de «¡Viva España!». 

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