Las buenas migas entre Puigdemont y Colau espantan al PSC

El pacto para que los socialistas entren en el Gobierno municipal queda en el aire después de que la alcaldesa prometiese al president costear la línea 10 del metro

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Ada Colau y el líder del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, habían iniciado una historia que parecía ser el principio de una gran amistad. Acabado el ciclo electoral, Barcelona en Comú y los socialistas ha emprendido un proceso de negociación que podría culminar con la entrada del PSC en el Gobierno municipal.

De este modo, Colau sumaría a sus 11 concejales los cuatro de los socialistas y, aunque se quedaría aún lejos de la mayoría absoluta situada en 21 regidores, tendría un mayor margen para negociar grandes proyectos y para aprobar los presupuestos de la ciudad.

Colau paga la factura de Puigdemont

Pero la buena sintonía entre la alcaldesa y Collboni se ha visto enturbiada por la aparición de una tercera persona: Carles Puigdemont. Colau se reunió la semana pasada con el nuevo presidente catalán y le vino a prometer que, como la Generalitat no tiene ni un euro, será el Ayuntamiento quien se haga cargo de costear la línea 10 de metro, que unirá la Zona Franca con el barrio de La Marina.

Al PSC no le salen los números. Si el Ayuntamiento paga la nueva línea del metro y el tranvía, que atravesará la Diagonal, tal y como proyecta la alcaldesa, a la ciudad no le quedará dinero para invertirlo en los barrios, dicen los socialistas. Según sus cálculos, la ejecución de ambas obras «comprometerá la mitad del presupuesto municipal para todo el mandato».

Menos inversión para los barrios

Eso tendrá como consecuencia que el plan de barrios «quede hipotecado» o, dicho de otra manera, que se invierta en los distritos todavía menos de lo que dedicó el anterior alcalde, el convergente Xavier Trias, añaden las mismas fuentes del PSC.

Así, por culpa de las inversiones y de la promesa de Colau a Puigdemont, el pacto entre Barcelona en Comú y el PSC ha quedado en el aire. No obstante, las cosas aún pueden arreglarse. Los socialistas no se oponen a que la alcaldesa «preste» el dinero para construir el metro a la Generalitat. Pero sí ponen como condición que eso no sea un regalo y que se establezca un claro calendario para la devolución del dinero.

Debate sobre las prioridades

En el PSC también tienen muy claro que las finanzas municipales no dan para tanta obra y plantean elegir: o el metro o el tranvía. Por eso, lo que proponen es abrir un debate para establecer prioridades y que, en última instancia, sea los barceloneses quienes decidan cuáles son las obras que deben ejecutarse con mayor urgencia.

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