Los acomodadores del Liceu de BCN rechazan una subida salarial y continúan con la huelga

El colectivo vincula este conflicto al del Auditori, a pesar de las diferencias entre ambos centros

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El conflicto abierto entre los acomodadores del Gran Teatre del Liceu y el Auditori de Barcelona y estas dos instituciones de la capital catalana está lejos de resolverse. Tras las reuniones celebradas los últimos días, los trabajadores de ambos centros, en huelga desde el 30 de abril en el caso del Auditori y desde hace más de una semana en el Liceu, no contemplan la posibilidad de dejar las protestas.

El último movimiento desde el Liceu barcelonés ha sido ofrecer una subida salarial del 27,7% y la posibilidad de convertirse en empleados fijos discontinuos de Manpower, la empresa a la que ambas instituciones tienen subcontratado el servicio de acomodación. Además, también se ha rechazado una jornada mínima de cinco horas por ópera y la subrogación del colectivo en futuros pliegos del servicio subcontratado.

Esta propuesta no ha sido contemplada por los huelguistas, ya que entienden que ambos conflictos van unidos y que precisan de una solución conjunta.

Diferencias

Sin embargo, desde el emblemático teatro situado en Las Ramblas, insisten en que ambos casos son completamente diferentes. Los trabajadores encargados de este servicio en el Auditori llevan años reclamando ser incorporados como fijos a la plantilla del centro, una petición que les llevó a declararse en huelga indefinida hace mes y medio. E, incluso, a llegar a interrumpir una función de la Orquesta Sinfónica de Radio Colonia (WDR), el pasado día 8.

El colectivo de acomodadores acusa al Auditori de boicotear la protesta y vulnerar sus derechos al colocar a trabajadores encargados de otros servicios a realizar sus funciones.

Liceu

El caso del Liceu es bien diferente. Los acomodadores de este teatro se unieron a la huelga casi un mes después –el 4 de junio– de ser iniciada por los empleados del Auditori. Desde el Gran Teatre se insiste en desvincular ambos casos, ya que el contrato de este centro con Manpower se enmarca dentro de un proyecto social, especificado en su plan estratégico, que obliga, entre otras medidas, a que los acomodadores sean menores de 24 años, el 10% deben proceder del barrio del Raval y otro 10% deben ser personas con síndrome de Down de la Fundación Aura. 

Economía Digital

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