Los ayuntamientos realizarán análisis de ADN para combatir las cacas de perros

Manuela Carmena había propuesto cambiar las multas por realizar tareas de limpieza. Pero otros ayuntamientos apuestan por endurecer las sanciones económicas o estudian tener un registro con el ADN de las mascotas

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Las ciudades de España se encuentran en plena campaña contra los dueños incívicos de perros. O sea, los que dejan que sus mascotas hagan caca en cualquier lugar y luego no las recogen.

Hace cinco días, la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena había propuesto emprender una campaña de multas más elevadas, y en todo caso, quien no quiera o pueda pagarlas, pues que se ponga a trabajar de barrendero las mañanas de los sábados y domingos.

Sanciones económicas más duras

Esta no es la única ciudad que apuesta por golpear en el bolsillo de los infractores. Las ordenanzas de Las Palmas de Gran Canaria contemplan aplicar multas que, en el caso de las muy graves, pueden ir desde los 1.500 a los 15.000 euros. El primer incumplimiento se considera como falta grave (con sanciones de 150 a 1.500 euros), pero pasa a ser muy grave si se reincide en seis meses.

Pero además de los excrementos, las autoridades canarias también plantan guerra contra los orines, y obligan a sus dueños a llevar un líquido que aclara el pis de los perros.

Registro del ADN de los perros

En Bilbao, las multas por dejar los excrementos en la vía pública van desde los 750 a los 3.000 euros. Y hay un proyecto, por ahora paralizado, de censar a los 25.000 perros de la ciudad vasca con un análisis de ADN, y así localizar a los dueños que no recogen las deposiciones.

Esta iniciativa también quiere ser aplicada en Zaragoza. Los dueños de los perros, además de registrarlos y colocarles un chip intradérmico, tienen que proporcionar una muestra de ADN del animal. Si un vecino ve un excremento, puede recogerlo y entregarlo a la Facultad de Veterinaria, que se compromete a analizarlo y comunicar al Ayuntamiento la identidad del propietario.

Es una idea similar a la de Málaga, donde se tramita la creación de un censo con el perfil genético de los perros para conocer la procedencia de las cacas que se dejan en la vía pública, para lo que a cada animal se le extraerá sangre y se le colocará una chapa para que la Policía Local pueda reconocerlo.

Publicidad disuasoria

En la localidad vizcaína de Ermua, el consistorio puso un sistema de alerta para no pisar los excrementos: un banderín rojo al lado del regalito del perro. En una semana, plantaron casi 350 señales.

Otros ayuntamientos también apuestan por la comunicación disuasoria: en Sant Andreu de la Barca exhiben carteles que dicen «¡No disimules! Si no las recoges, eres un cerdo». Además, este consistorio contará con un vehículo especializado en recoger los excrementos.

Economía Digital

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