»Para Rajoy hay un problema de gobernabilidad, pero es una crisis de Estado»

Xavier Domènech, el hombre de Colau para construir una alternativa al independentismo, apuesta por un periodo constituyente en España en que "se pueda discutir todo"

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España está sin gobierno desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015. Para Podemos el problema se podría haber solucionado con una decisión clara por parte del PSOE: una alianza que pusiera patas arriba todo el sistema, para entrar en un periodo constituyente, con la participación de los partidos independentistas, ahuyentado a una gran parte de los socialistas, lo que explica en parte su grave crisis.

Quien lo plantea abiertamente desde Cataluña es Xavier Domènech, diputado en el Congreso, y el hombre de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para organizar un movimiento político que sea una alternativa al proyecto independentista. Domènech considera que «para Rajoy hay un problema de gobernabilidad, pero es una crisis de Estado».

El movimiento político de Colau

Xavier Domènech no deja de contactar con todos los partidos políticos de la izquierda catalana. Tiene el reto de organizar un proyecto político, que podría arrancar en enero o febrero de 2017 que aglutine a ICV-EUiA, Podemos en Cataluña, y el movimiento que se ha generado alrededor de Colau, y que se ha dado a conocer como «los comunes», por la marca con la que se presentó en las elecciones generales: En Comú Podem. Y considera que «se debería ser más atrevido y plantear un periodo constituyente en el que se pueda discutir todo, porque se ha llegado a un momento de agotamiento del sistema que se creó en la transición».

Esa es la idea de los «comunes» que seguirán tejiendo alianzas para lograr un bloque de izquierdas en Cataluña que teme el nuevo partido de Artur Mas, el PDC, y también Esquerra Republicana. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, aseguró esta semana que quiere un encuentro con Colau para ver cómo se puede acabar de impulsar el referéndum que desea convocar en Cataluña, sabedor de que «los comunes» se han convertido en una pieza básica del tablero político catalán.

¿Un gobierno de Rajoy por dos años?

En una entrevista en el programa Converses, de la Cadena Cope, Xavier Domènech se ha basado en documentos del propio Círculo de Economía, cuando lo presidía Josep Piqué, en el que se advertía que la crisis económica había generado un golpe al sistema político y que era preciso solventarlo con importantes reformas. Para Domènech esas reformas sólo se podrían abordar a través de una reforma de la Constitución. «La crisis de legitimidad es muy grande, y se debe llegar a un nuevo pacto social», asegura, lamentando la situación a la que ha llegado el PSOE, y que es ilustrativa «de esas tensiones entre buscar un nuevo marco, o pequeños retoques en el sistema político español».

Por ello, Domènech le resta importancia a lo que pueda suceder ahora, pese a su gravedad. «Rajoy podrá gobernar ahora, si el PSOE se abstiene, pero será por un periodo corto, dos años tal vez, porque la oposición será fuerte, y porque se comprobará que no se trata de un problema de gobernabilidad, sino de legitimidad de todo el sistema», asegura. Por ello, cree que en unos dos años se deberá entrar en un periodo constituyente.

España y la pérdida de soberanía

Aunque Domènech no es partidario de la  independencia, ni apoya un referéndum que no sea pactado con el Estado, sí considera que los argumentos sobre la soberanía nacional que defiende el PP no se aguantan. «La pérdida de soberanía de España es un hecho, porque ya depende de la Unión Europea, y en algunos tratados firmados ese hecho se admite, aunque no de una forma convencida. Si se pierde soberanía por arriba y se acepta, y no se apela a la Constitución para evitarlo, se entiende que también la puede perder por abajo», sostiene el diputado integrado en el Congreso en las filas de Podemos.

El modelo en el que trabaja Domènech para articular ese instrumento político, en el que estará detrás Ada colau, tomará forma en los primeros meses de 2017, con la voluntad de ofrecer un contenido programático sólido, y con un objetivo no declarado: ser una especie de PSC –en sus mejores momentos— con libertad de movimientos en Madrid, como fuerza autónoma, que es, precisamente, lo que tuvo el PSC en los primeros años de la transición, cuando dispuso de grupo propio

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