Pedro Sánchez explota el permiso de paternidad de Pablo Iglesias

El presidente del Gobierno completa una semana de focos con su ronda de contactos mientras Pablo Iglesias e Irene Montero disfrutan de su tercera hija

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Pedro Sánchez completó este jueves una nueva sesión de fotografías en el Palacio de la Moncloa, en esta ocasión con los líderes patronales y sindicales. Lo hizo en el marco de la ronda de contactos que ha mantenido esta semana con agentes sociales con el propósito de presionar a Podemos a firmar un acuerdo de gobierno.

El guion volvió a repetirse: el presidente se entrevista con un colectivo representativo del tejido social y, a continuación, se reclama un esfuerzo para evitar elecciones. Así lo hicieron organizaciones ecologistas a principios de semana, así lo hizo incluso el propio Rey y así lo hicieron los sindicatos. Las patronales se limitarono a rogar un gobierno «estable».

La ronda ha servido a Sánchez, sobre todo, para ocupar todos los focos esta semana. Muchos, de hecho, han visto en esta pequeña tournée una campaña encubierta de cara a una repetición de las elecciones.

De Pablo Iglesias y de Irene Montero no hay noticia porque la pareja dirigente de Podemos celebró el pasado sábado, 3 de agosto, el nacimiento de su hija Aitana y, desde entonces, disfrutan de la paternidad.

Podemos: de vacaciones

Las circunstancias han hecho que todo el protagonismo recayera en Sánchez, ya que nadie en Podemos ocupa el espacio de Iglesias y Montero. Sólo el secretario de Acción Política de Podemos, Pablo Echenique, asoma la cabeza de tanto en tanto, pero, por lo general, ha desaparecido del escenario. Después de ser criticado, una y otra vez, porque sus apuntes en Twitter no contribuyen al acuerdo ha dejado de escribir en las redes.

Podemos está con la persiana echada, prácticamente de vacaciones. En paralelo, el Gobierno en funciones aparece cada día en la pantalla con actos de mayor o menor interés. Un día aparece la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, visitando a quienes se encargan de combatir la violencia de género y otro día puede verse al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, interesado por el estado de las obras del túnel de Recoletos. Y los ministros, claro, no pierden la ocasión de comentar lo generoso que fue Sánchez en su momento con Podemos.

Los de Iglesias están con el paso cambiado. Por tierra, mar y aire reciben mensajes para evitar elecciones, incluso del propio Gobierno, pero, en realidad, nadie del gabinete de Sánchez descuelga el teléfono para negociar con Podemos.

Las sospechas de Podemos

Las sospechas en Podemos es que, al menos de momento, no hay interés real por la negociación. «Fue una vergüenza que 48 horas antes de una investidura se pretendiera hacer lo que no se hizo en tres meses. El señor Sánchez corre el riesgo de volver a llegar tarde y como sigamos así llegaremos tarde a una negociación para la investidura», dijo Yolanda Díaz, diputada de Podemos, una de las pocas que ha dejado rastro de actividad estos días.

La semana concluye y, ahora sí, Sánchez se marcha de vacaciones durante unos días. Lo hace después de haberse quedado con todas las pantallas (las de televisión y las de móvil), con todas las atenciones mediáticas y con nuevos ataques al desaparecido Iglesias, de quien dice que «desconfía».

 

 

 

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